Bubblegum Lemonade es un proyecto escocés de pop gustoso de crear canciones de dos o tres minutos claramente deudoras del pop de los años 60, en especial del californiano jangle pop tipo Byrds, y del dream pop que recogía las esencias 60’s sunshine pop, sin olvidar tampoco trazos del garaje de la misma época, de Teenage Fanclub, de Jesus & Mary Chain, de los Flamin’ Groovies, de My Bloody Valentine, de los Kinks o de los Big Star.
Bubblegum Lemonade es el proyecto de Laz McCluskey, quien demuestra talento para la creación melódica y el empleo de dulces voces pop en ocasiones empleando armonías y fuzz guitar.
El disco es compacto en su sonido. El valor de sus melodías y la luminosidad de las mismas con guitarras Rickenbacker ofrece una muy grata escucha desde su inicio con “A Billion Heartbeats”, estupenda pieza power pop que reúne con energía todas sus influencias.
Más tarde nos regala canciones tan disfrutables como “Beautiful Friends”, con fuzz guitar y bellas armonías vocales en una mezcla entre Monkees y Byrds, “I’ll Never Be Yours”, tema power pop a lo Teenage Fanclub con un estribillo en el que aparece un bienvenido apoyo vocal femenino (Sandra, quien forma también junto a Laz el proyecto Strawberry Whiplash), o “Tired Of Sleeping”, con repique de guitarras jangle “rickenbakerianas” puramente Byrds. Roger McGuinn estaría complacido con su herencia en los sonidos de McCluskey.
Otros temas del álbum son “Las Time I Saw Andrew”, una canción que podrían firmarla los Status Quo psicodélicos de los 60 en su célebre primer álbum “Picturesque…”, “Susan’s In The Sky”, veraniego dream pop con dulces armonías vocales y partes rítmicas spectorianas, “Penny Fountain”, un corte jangle pop más cercano a los Turtles que a los Byrds, quienes son de nuevo base para la ensoñadora “My Dreams of You”.
Uno de los mejores momentos del disco es “Lost Summer Days”, una delicia que parece salida de 1966 o 1967 con una gran interpretación vocal y una perfecta construcción melódica y rítmica, que busca más la belleza pop como evasión de la gris realidad que la pretenciosidad pomposa y petardera con poco o nada que decir.