Dirección: Jared Hess.
Intérpretes: Zach Galifianakis, Kristen Wiig, Owen Wilson, Jason Sudeikis.
Película basada en hechos reales.
Con guión de Chris Bowman, Hubbel Palmer (“American Fork”) y Emily Spivey.
Sinopsis
David Ghantt (Zach Galifianakis), a punto de casarse con Jandice (Kate McKinnon), es el conductor de un furgón blindado que está enamorado de Kelly (Kristen Wiig), una compañera de trabajo. Incitado por un criminal de la zona, Steve Chambers (Owen Wilson), David vacía una cámara acorazada de Charlotte y huye a México tras entregar parte del dinero a Chambers.
Poco después, este último encarga al matón Mike McKinney (Jason Sudeikis) su asesinato en México. Al sentirse objeto de una traición, David buscará venganza regresando a los Estados Unidos.
Crítica
El director de la curiosa “Napoleon Dynamite”, Jared Hess, convirtió en farsa y caricatura una historia real de robo, traición y venganza con claves de antihéroe torpe-friki, femme fatale y ciudadano ordinario en situaciones extraordinarias.
Mi vida es una rutina, una triste monotonía, y quiero aventuras, fantasear con un atraco mientras trabajo, ser como el agente Flint/ James Coburn, dar patadas acrobáticas como Jean-Claude Van Damme… Pues toma aventuras.
Como en “Napoleon Dynamite”, Hess nos ubica en un escenario de estética atemporal, una colorista mezcla entre los años 70 y 80, reuniendo a una pareja singular presuntamente chistosa que termina metida en líos criminales.
La película, como “caper comedy” con mensajes de redención y culpa, tiene muy poca gracia, tanto en sus pretensiones de absurdo como en el uso de slapstick o del humor grueso adolescente, supeditándose su pobre trama a la explotación “simpática” de sus caracterizaciones.
Bueno… por lo menos es dinámica, y no se alarga demasiado.
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