• Por Antonio Méndez

blueberry cartel poster critica review peliculaDirección: Jan Kounen.
Intérpretes: Vincent Cassel, Michael Madsen, Juliette Lewis, Eddie Izzard.

Película basada en un personaje de cómic creado por Jean Giraud y Jean-Michel Charlier.
Con guión de Gérard Brach (“El Oso”, “El Nombre De La Rosa”), Alexandre Coquelle (“El Embolao”, “Samuráis”), Jan Kounen, Louis Mellis (“Sexy Beast”, “La Medida De La Venganza”) y Matthieu Le Naour (“Samuráis”, “El Embolao”),

Sinopsis

Mike Blueberry (Vincent Cassel), criado por los indios, trabaja como sheriff en la localidad de Palomito, un territorio en el que conviven en armonía ambas culturas.
La tranquilidad del lugar se trastocará con la aparición de Wally Blount (Michael Madsen), un asesino que intenta localizar un tesoro escondido de los indios transformando el territorio en un auténtico infierno.

Crítica




El gran dibujante Jean Giraud (Moebius) junto al fenomenal guionista Jean-Michel Charlier crearon en el año 1963 para Pilote uno de sus personajes más populares: Blueberry, antihéroe de un magistral cómic ambientado en el mundo del western, recomendable sin reservas para conocer el arte tanto de Giraud como de Charlier.

El actor francés Vincent Cassel, estrella del cine galo y marido (en la época) de Monica Bellucci, es el encargado de encarnar a Mike Blueberry, personaje trasladado a la pantalla por el holandés Jan Kounen (“Dobermann”), un director caracterizado por películas de corte violento que aquí, de manera muy libre, intenta incrustarse en la psicología del famoso personaje hasta hacerle inmerso en un mundo metafísico, místico, alucinatorio, con excelente imaginería, aspecto bastante interesante que lo aleja de propuestas más convencionales.




blueberry-vincent-casselLamentablemente, Kounen pretende hipnotizar al espectador con sus métodos pero acaba irritando por la autocomplacencia y reiteración de los mismos, y por el desapego por la trama y los caracteres para ubicarse en un exceso efectista condescendiente, que solamente parece recrear de manera espiritual y gratuita la propia experiencia del director con los indígenas americanos, estableciendo una especie de tributo al chamanismo.

Delirante, falsamente complejo y maquillado con algunos clichés del western clásico, el film no va más allá de una extrema indulgencia como experimento existencialista, surreal y lisérgico, que empieza asombrando visualmente pero termina cargando por su pretenciosidad en los tránsitos ácidos del protagonista.

La película, que además del título poco tiene que ver con “Blueberry”, presenta algunos apuntes de varios de sus volúmenes, como “La Mina Del Alemán Perdido” o “El Fantasma De Las Balas De Oro”.

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Vincent Cassel