Dirección: Roger Christian.
Intérpretes: John Travolta, Barry Pepper, Forrest Whitaker, Kelly Preston.
Con guión de Corey Mandell (“Love Kills”) y J. S. Shapiro (“We Married Margo”).
Sinopsis
Estamos en el año 3000.
Los últimos espécimenes de la raza humana que habitan el planeta Tierra tienen que vivir recluídos en cavernas luchando por subsistir en un mundo dominado por una nueva especie extraterrestre, los Psychlos, unos alienígenas que utilizan a los “animales-hombre” como mano de obra minera en su propio y codicioso beneficio.
Crítica
Basada en un libro del escritor de ciencia-ficción y máximo gurú de la afamada Iglesia de la Cienciología, L. Ron Hubbard, “Campo De Batalla: La Tierra” es un film protagonizado y producido por uno de sus máximos representantes en el cine, John Travolta, en donde se vuelve a poner de manifiesto el mal momento que pasa el cine de ciencia-ficción estadounidense a pesar de tanto efecto especial y tanto exceso productivo.
Si la película en su conjunto es ciertamente pésima, la caracterización de los citados Psychlos franquea con creces el bochorno, es como si la Bruja Avería afectada de dentadura piorréica pariese un hijo con una “drag queen” galáctica.
Eso refiriéndose a los machos del clan.
Las hembras, al contrario que los humanos, padecen alopecia prematura y gastan lenguas kilométricas.
Si la cuestión de maquillaje y vestuario es patética, la realización, el guión y las actuaciones son cuasi ofensivas.
Roger Christian ofrece todo un cúmulo de pautas de lo que no debe hacer un realizador serio: angulaciones y movimientos de cámara sin sentido inválidos como medio expresivo sobre la acción o los personajes; ineptitud en mantener un pulso narrativo coherente para enlazar al espectador en la historia; excesiva y fatua utilización de recursos como el slow-motion (cámara lenta), desatinado empleo de planos cortos y factura cercana a la estética del video-clip y de los videojuegos; además, floja dirección de actores entre los que el personaje de Travolta es uno de los que alcanza el punto más risible, siendo superado aunque parezca difícil por el de Forest Whitaker.
Una azulona fotografía y un guión sin alicientes y con diálogos terribles son la culminación negativa de un film fallido en el que se pueden apreciar asimismo resonancias de otros títulos de reciente aparición como el taquillero “Matrix”.
Éste también será taquillero, pero desde luego, ¡qué desperdicio de tiempo y dinero!.
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