Dirección: Christopher Smith.
Intérpretes: Franka Potente, Sean Harris, Vas Blackwood, Ken Campbell.
Con guión de Christopher Smith (“Desmembrados”).
Sinopsis
En la ciudad de Londres, Kate (Franka Potente) intenta coger el metro para regresar de noche a su casa.
Mientras está esperando en un banco se queda dormida. Al despertarse se encuentra sola y con las salidas cerradas.
Asustada, consigue subir a un vagón que se encuentra totalmente vacío, el cual se detendrá en mitad de un túnel dejando a Kate a oscuras y a expensas de una situación terrorífica.
Crítica
Con ecos claros de un título de culto de los 70 llamado “Death Line” (se editó en español también como “Sub-Humanos”), protagonizado por Donald Pleasance, un rostro habitual en las películas de terror bastante prescindibles de la época, salvo excepciones (como la estupenda “La Noche De Halloween”), “Creep” presenta de nuevo a un psicópata-monstruo dando la paliza a una fémina liviana de piernas, interpretada por la alemana Franka Potente.
Es la base de un título de suspense y terror dirigido y escrito por el debutante en largometrajes Christopher Smith, quien tiene que mejorar muy mucho para elevarse de su cinefagia revisionista y remedo genérico de filmes de slasher previos, que al igual que éste, tienen como virtud cuatro sobresaltos, personajes que importan un pimiento, al igual que la historia, ya que se maquilla la falta de imaginación en la misma con localizaciones cercanas al espectador, abundante sangre y gritos varios en situaciones cuyo progreso oferta una disparidad en tonos que poco hacen para compactar la globalidad de la película, la cual, como suele ser habitual últimamente, pierde efectividad en su tercer acto.
Otras características derivativas se repiten, como el uso de la música, perfectamente enfocada para la consecución de shocks en espacios urbanos umbríos y pretensiones de tono claustrofóbico, nocturnal y opresivo, todo ello expuesto con un estilo visual impactante, semigore, y nada original, narrado con un sentido efectista suspense y alto ritmo con influencia de los videjuegos, ya que la atmósfera y estética se alimenta de este popular medio de esparcimiento, y, claro está, de la citada “Death Line”, recomendada para los que se entretengan con este film, ya que seguramente se lo pasen mucho mejor. ¿Tanto? Bueno, mucho no sé. Un pelín. ¿Si? Bastante. Bueno, vale.
No obstante, válido para un rato de psicopatía en serie B.
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