Dirección: Eric Bress y J. Mackye Gruber.
Intérpretes: Ashton Kutcher, Amy Smart, Melora Walters, Elden Henson.
Con guión de Eric Bress (“Destino Final 2”, “Destino Final 4”) y J. Mackye Gruber (“Destino Final 2”).
Sinopsis
Evan Treborn (Ashton Kutcher) es un universitario cuyo pasado contiene unos terribles hechos que han afectado también a sus mejores amigos de la infancia.
Por mediación de sus diarios podrá viajar en el tiempo con la intención de alterar las difíciles situaciones vividas y por extensión poder cambiar la vida de quienes le rodean, en especial la de su amada Kayleigh (Amy Smart).
Crítica
El denominado efecto mariposa, término acuñado por Edward Lorenz como evidencia de la teoría del caos, que más o menos implica que una mínima variación en un sistema complejo puede derrumbar cualquier tipo de previsión y provocar grandes consecuencias diferentes en otro espacio y lugar, consecuencia de una pequeña modificación de variables, es el título de esta película, un thriller psicológico en principio interesante (aunque nada original en cualquier tipo de expresión del género de ciencia-ficción), con esa premisa en base al citado efecto de modificar los hechos pasados con el objeto de cambiar nuestro presente sin tener cuidado por las posibles consecuencias, que haberlas haylas.
La historia, con un concepto en el que resuenan ecos de “El Sonido Del Trueno” de Ray Bradbury, de relatos de Isaac Asimov, de “Frequency” e incluso del “Qué Bello Es Vivir” de Frank Capra, se centra en un protagonista masculino cuya infancia está marcada por importantes traumas psicológicos.
El desarrollo se pierde a veces en torpes enrevesamientos temporales, huecos de guión, hartanza de giros y pretenciosidad sin sustancia, pero consigue mantener el deseable énfasis en la historia para no aburrir del todo y una atmósfera umbría, perturbadora, con situaciones de explícita violencia en la descripción de actos pedófilos y de maltrato animal empleados como recurso de explotación emocional.
Ashton Kutcher se esfuerza por querer expandir sus participaciones habituales en comedias adolescentes (cuyo protagonismo –o el de cualquiera- en este tipo de films ya lleva a muchos súpersabios a minusvalorar su/s capacidad/es como intérprete/s), pero están mucho mejor todos los que le rodean, principalmente Amy Smart.
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Ashton Kutcher
Amy Smart
Logan Lerman
Es una película entretenida, aceptable para pasar un buen rato pero en ningún caso para disfrutar de buen cine. El comienzo es bastante prometedor, pero a medida que las tramas y las variaciones en el tiempo se suceden la película pierde calidad.
Los protagonistas (Asthon Kutcher y Amy Smart) son de lo más normal que uno puede ver sin demasiados fallos pero con tampoco escenas lucidas. Si se busca un título con grandes efectos especiales ésta tampoco es la apropiada a pesar de que así lo pueda parecer. La película en cuanto al sonido es bastante deficiente y la música pasa desapercibida.
En cuanto a la trama (los saltos en el tiempo) es lo más reseñable de la película. A excepción de otros títulos del género los viajes en el tiempo guardan un cierto sentido y equilibrio. Por ultimo indicaré que el final me gustó bastante ya que no es nada previsible pero a la vez tiene un gran sentido lógico.
Pablo Pena Gómez
Hablar de la dependencia sensible de las condiciones esenciales es hilar demasiado fino. Sin embargo, podemos explicarlo así, una pequeña perturbación en el estado inicial de un sistema produce un cambio importante en el estado final, a esto se le llama el efecto mariposa justificando que si una mariposa aletea en Pekin, producirá un cambio en las condiciones del aire de Nueva York mucho tiempo después.
El film “El efecto mariposa” es precisamente un ideologema acerca del enfrentamiento entre las aproximaciones clásicas de la ciencia y las perspectivas más complejas de investigación. Ideologema es, en esencia, una solución simbólica a un problema intelectual. Aquí el problema sería que en los sistemas de, tanto las ciencias duras como las humanísticas, sólo es previsible lo que está determinado. En oposición a la visión clásica, la imprevisibilidad no es necesariamente el signo de un conocimiento falso o imperfecto, es el resultado de la naturaleza de las cosas, debemos dejarle su lugar y cualidad. En esta línea, el film nos acerca a esta problemática científica a través de los recuerdos del protagonista y cómo estos modifican su propia historia. La no linealidad es sin duda lo que prevalece en El efecto mariposa: la suma de las partes no es el todo. Sobre este marco netamente científico existe una trama que deja al espectador una pregunta: ¿tiene Evan la capacidad de modificar la historia o es sólo un producto de su delirio esquizofrénico? El observador atento tal vez pueda responder esta pregunta reparando en un recuerdo en particular, el único que se repite sin modificaciones.
Viviana Vázquez
No era mala la idea central que perseguían los autores de esta historia cuando comenzaron a escribir el guión del efecto mariposa, de hecho podria haberse convertido en una estupenda y romántica película de suspense, pero por desgracia elementos “oscuros” como “el juego de hollywood” y quizás algo de falta de talento convierten el guión y como cosecuencia la pelicula que de él se deriva en una peliculilla entretenida, amena, y de facil vision pero que no va mas alla de ser un producto de videoclub destinado al olvido.
Para empezar, el argumento es ya de por sí incongruente; ¡¡que vale!! que se puede admitir algun que otro sin-sentido en este tipo de películas pero es que si le quitas la lógica al nucleo vertebral de lo que quieres contar pasas un límite que defenestra tu película totalmente.
Se supone que tenemos a un chaval que pasó por momentos dificiles durante su infancia, de esos que dejan huella psicológica, y a la vez padece una extraña enfermedad que le provoca pérdidas de memoria; bien vale, luego resulta que su extraña enfermedad le permite cambiar hechos de su pasado y provocar con ello modificaciones en su vida y la de los implicados. El problema reside en que, lo que deberían constituir diferentes historias con sus correspondientes variables no son sino diferentes versiones de un mismo núcleo, es decir, los guionistas juegan a su antojo con los hechos que ellos quieren que cambien y los que no los dejan como validos para todas las vesiones (en pos de intentar inyectar de un modo superficial mas emocion o interes al relato), no se guian por ninguna premisa logica. Me refiero por ejemplo a situaciones como la que se da en una de la versiones que le toca vivir al insulso protagonista; resulta que su íntima amiga de la infancia a la que no veia desde entonces, debido a una modificación de un hecho del pasado es ahora yonki y puta, sin embargo sigue conservando el gusto por el olor de las mofetas u otras chorradas similares. Situaciones como esta se repiten a lo largo del guion provocando mas desatinos de los que ya de por si tiene el libreto. De la pretensión de intentar demostrar que el amor siempre sobrevive es mejor ni hablar (sin perjuicio de su acertado final).
Los personajes no estan nada desarrollados, ni tampoco las relaciones entre ellos, menos mal que la joven Amy Smart levanta un poco el listón en algunas escenas aunque tampoco tiene muchas oportunidades debido a las pobres palabras que salen de su boca. Otro de los desatinos es sin duda la irregular factura con que esta realizada la cinta, con una torpe realizacion en algunas escenas en particular pero que sin embargo logra mantener sin problemas un buen ritmo narrativo, lo que deviene como ya dije antes en un entretenido y a ratos intrigante producto de consumo adolescente, o publico poco exigente, válido para pasar el rato pero no para ver buen cine.
Pablo Gonzalez Taboas
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