• Por AlohaCriticón

el juego de hollywood cartel critica the playerDirección: Robert Altman.
Intérpretes: Tim Robbins, Greta Scacchi, Whoopi Goldberg, Dean Stockwell.


En “El Juego de Hollywood”, Robert Altman realiza un ejercicio ácido en torno al mundo del cine con el protagonismo de un productor llamado Griffin Mill (Tim Robbins), quien se ve involucrado en una investigación criminal al cometer un homicio involuntario después de matar a un guionista.
Éste había amenazado de muerte al productor tras romper el acuerdo al que habían llegado para trabajar juntos.

Robert Altman realiza la más cinéfila de sus películas. Es un verdadero “tour de force” coral, fiel a su estilo, pero esta vez cargado de citas y homenajes sobre y contra Hollywood.




Este guión especular arranca con un plano secuencia tan brillante y largo como el famoso de “Sed de mal”. Para reafirmar su homenaje a Orson Welles, y en esa misma secuencia, dos de sus personajes hablan del cine actual -“más parecido a un videoclip que otra cosa”- y a continuación alaban el citado arranque del genial director.

Todo es así en esta, la mejor obra de Altman a mi juicio. En el aspecto técnico el director se deja la piel en cada plano, “rellenando el tapiz” como dijo otro maestro (Alfred Hitchcock), es decir colocando atrezzo, carteles de cine o extras a juego con lo que se está diciendo o haciendo. Vease sino ese desfile de deportistas que se cruzan ante los protagonistas cuando estos hablan de que deberían dejar de pelearse entre ellos y formar un equipo, o cuando enfoca en distintos momentos carteles de películas clásicas con títulos que encajan muy bien con el estado de ánimo del protagonista (Tim Robbins, más cínico que nunca).



La trama se centra en un caso de asesinato y chantaje, Altman aprovecha el mundillo donde se desarrolla la acción (unos estudios de Hollywood) para arremeter contra el sistema de producción americano.

El estudio del protagonista transforma un proyecto con final poco convencional y actores desconocidos en un típico producto americano, con estrellas y final feliz. Altman hace todo lo contrario. Aunque sí utiliza a todas las estrellas que puede (Cher, Bruce Willis, Nick Nolte, Andie Macdowell, Malcom Macdowell, Angelica Huston, Scott Glenn, Elliot Gould, Jeff Goldblum, Julia Roberts, Burt Reynolds, Robert Wagner, James Coburn… son algunos de los que me acuerdo) lo hace para “adornar” su particular final nada moral donde las personas más sanas son despedidas y los corruptos y conspiradores y hasta los asesinos consiguen triunfar.
Vaya golpe bajo de este gran director a todo un sistema. Sistema que, eso sí, admite la autocrítica como demuestra la propia cinta. Una cosa si es segura, en la época dorada de Hollywood dudo mucho que hubieramos tenido la oportunidad de ver esta excelente película.

Fernando de Cea

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