• Por AlohaCriticón

el septimo cielo posterDirección: Frank Borzage.
Intérpretes: Janet Gaynor, Charles Farrell, Ben Bard, Albert Gran.


Bajo una calle parisina, popularmente conocida como “El Agujero Del Calcetín”, en las alcantarillas, trabaja Chico (Charles Farell) rescatando todo aquello que cae de la superficie.
Una tarde, cuando se dispone a engullir el alimento, tendrá que mediar en la pelea de dos hermanas, la iracunda Nana (Gladys Brockwell) y Diane (Janet Gaynor), la pequeña.
El encuentro casual de Diane y Chico, junto con el destino, harán que ambos vayan salvando los obstáculos que se les cruzan en su camino.

“Para aquéllos que la suban, hay una escalera que lleva desde las profundidades a las alturas, desde las alcantarillas a las estrellas, la escalera del coraje.” Tal es el esperanzador y positivo prólogo de este grandísimo clásico.
El año en el que “el tío Óscar” hacía su presentación en sociedad, tres estatuillas del forzudo con espadón, más cinco tentativas en otros apartados, iban a parar a esta película. Concretamente los trofeos recaerían en el mejor director de drama (Frank Borzage), el mejor guión adaptado (Benjamin Glazer) y la mejor actriz en la persona de Janet Gaynor. Ahí es nada.




el septimo cieloAsí pues “nacía una estrella”, la Gaynor, la misma mujercita que dejó su huella en otra obra imperecedera del mismo año, “Amanecer”, y que volvería a repetir un año más tarde en “El Ángel De La Calle”, con el mismo director y galán de la cinta que aquí se comenta. Por otro lado, Borzage, pionero junto a John M. Stahl del melodrama cinematográfico, del que se impregnaría posteriormente Douglas Sirk, nos adentra en una sublime historia de amor ubicada en los arrabales de París en los prolegómenos de la primera gran guerra.
El realizador estadounidense volvería más tarde con un argumento parecido al tratado de forma magistral en esta producción de la Fox, adaptando al sonoro la famosa novela de Ernest Hemingway, “Adiós A Las Armas” (1932).

Un posterior remake de “El Séptimo Cielo”, dirigido por Henry King diez años más tarde y protagonizado por Simone Simon y James Stewart, no mejoraría el original. Es una lástima que el cine mudo haya quedado relegado a las estanterías de los buenos aficionados, o a los archivos de las filmotecas públicas.
Un consejo: despréndase de toda pereza, póngase cómodo y disfrute dejándose llevar por “El Séptimo Cielo.”

Alberto Alcázar

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