• Por AlohaCriticón

feliz navidad cartel poster happy christmas
Dirección: Christian Carion.
Intérpretes: Diane Kruger, Guillaume Canet, Benno Fürmann, Gary Lewis.


El estallido de la Primera Guerra Mundial desencadena el alistamiento de jóvenes de Francia, Prusia y Escocia. Las hostilidades de las distintas milicias y la vida en las trincheras, se verán alteradas por la proximidad de la Navidad.

Ciertamente, durante y después de la proyección de “Feliz Navidad”, queda la sensación de haber estado en compañía del típico amigo pelmazo que te machaca a chistes, y en cuyo repertorio predomina la antología de los individuos de distintas nacionalidades.




A vueltas de nuevo con una historia centrada en una de las dos grandes guerras que han asolado el planeta, Christian Carion adapta “Feliz Navidad” a partir de un capítulo del libro “Las batallas de Flandes y de Artois 1914- 1918” de Yves Buffetaut.

En el citado pasaje, titulado “La increíble Navidad de 1914”, se relatan diversos hechos, al parecer verídicos, que Carion traslada a la pantalla. El problema reside, sin embargo, en la empalagosa puesta en escena, que trae como consecuencia la caricaturización de los personajes y la entrada de lleno en el terreno del maniqueísmo más exacerbado. Algo de esto ya se palpó en la también edulcorada, “Monsieur Batignole” (2003).

El relato de Buffetaut tiene unos ingredientes muy interesantes, pero es una lástima que haya terminado en una especie de panfleto antibelicista de la mayor simpleza.




De los intérpretes poco cabe decir. Se dedican a cumplir con su papel de forma escrupulosa destacando, eso sí, el fugaz paso de los veteranos Suzanne Flon y Michele Serrault y la belleza física de Diane Krüger, ya que la tímbrica la ejecuta en la sombra de forma admirable, Natalie Dessay, y en el caso de Benno Fürmann, quien le da el do de pecho es Rolando Villazón.

Como decía, estaban un escocés, un francés y un prusiano en pleno campo de batalla, el escocés coge su gaita y empieza a soplar, el prusiano se arranca con un villancico y el francés se queda con cara de alucinado.

Pues eso, que ¡Feliz Navidad!

Alberto Alcázar


Navidad de 1914. Europa se halla sumida en la I Primera Guerra Mundial. En el frente francés del norte se hallan guerreando tres ejércitos: el francés, que cuenta con el apoyo del británico en su vertiente escocesa, y el alemán. Lo que ninguno de los bandos podía suponer es que el día de Nochebuena iban a cesar todas las hostilidades y a prosperar la camaradería.



“Feliz Navidad” es la crónica de unos sucesos que al parecer tuvieron lugar en las navidades de 1914 en algunos frentes de lucha, cuando se produjo entre los diversos bandos una serie de gestos de compañerismo, inauditos en una contienda armada.

En su segundo largometraje tras el amable drama rural “La chica de París”, el realizador galo Christian Carion nos muestra un relato de cooperación entre enemigos, con un claro mensaje pacifista, algo muy en boga en los tiempos actuales.

A través de la historia de un oficial francés (Guillaume Canet), uno alemán (Daniel Bruhl), otro escocés(Alex Ferns) y su sacerdote (Gary Lewis), una soprano danesa (Diane Kruger) y un tenor germano (Benno Furmann), que se hallan en las diversas trincheras, observamos los diferentes puntos de vista del embate. De cualquier modo, siempre predomina el mensaje pacifista, ya que los hombres allí dispuestos están cansados de la lucha y aborrecen a sus jerifaltes, que viven comodamente moviendo las piezas del fente sin importarles su destino.




Carion pone su historia en imágenes con una escenografía adusta, sin grandes alardes (las escenas de guerra prácticamente hay que imaginárselas), en la que busca el predominio de los personajes sobre la contienda en sí. Esta factura clásica disgustará a aquellos que busquen grandes momentos épicos, pero es que esta película opta por los pequeños detalles antes que por las secuencias recargadas. A tal efecto, resulta muy expresivo el momento en el que el bando escocés responde con gaitas al villancico interpretado por el bando alemán, en uno de los mejores momentos del film.

De cualquier modo, es obvio que al realizador se le va en ocasiones la mano con el almíbar y eso perjudica el resultado de la cinta, demasiado acomodacticia y previsible. También son deplorables algunos agujeros de guión (qué pasa con los cantantes de ópera o con el escocés que pierde a su hermano en combate).


Así pues, nos hallamos ante una película de claro mensaje antibelicista, que antepone el sentimiento a la guerra, y que busca agradar ante todo, muy a tono con la época navideña en la que se desarrolla. Lo cierto es que películas ambientadas en esta época con una tesis similar y con mejores resultados son “Senderos de gloria” o “Largo domingo de noviazgo”. Aún así, el film está correctamente dirigido e interpretado y no llega a aburrir, por eso se hace merecedor de un aprobado, aunque justito.

David García

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