• Por Antonio Méndez

funny games cartel poster pelicula
Dirección: Michael Haneke.
Intérpretes: Naomi Watts, Tim Roth, Michael Pitt, Brady Corbet.

Remake de “Funny Games: Juegos Divertidos”, pelicula de 1997 dirigida por el propio Michael Haneke (“Caché”, “La Cinta Blanca”).

Sinopsis

Dos jóvenes psicópatas (Michael Pitt y Brady Corbet) convierten las vacaciones de una familia (Naomi Watts, Tim Roth y Devon Gearhart) en una terrible pesadilla cuando los muchachos se presenten en su cabaña de veraneo con no demasiadas buenas intenciones.

Crítica




funny-games-criticaEl alemán Michael Haneke, con producción y protagonismo de Naomi Watts, rehizo con esta cinta su propia película de mismo título. Cuenta la zozobra psicológica de una pareja y su hijo sometidos a los jueguecitos de dos jóvenes lerdo-chulescos.

El film principia en carretera con un primer juego: adivinar las composiciones clásicas que suenan mientras se transcurre en coche familiar cara el apacible lugar de veraneo. Con la aparición de los créditos, Haneke emplea un contraste de desabridos sonidos metaleros con las citadas piezas clásicas y el semblante relajado-feliz del terceto familiar.
El enrarecimiento del ambiente no se hace esperar. Un contacto inicial con los amigos colindantes manifiesta, sin finiquitar el tono sosegado pre-créditos, una sensación extraña, en especial la afinidad de sus vecinos de siempre con unos jóvenes enguantados, quienes más tarde comenzarán el asalto familiar con una petición inocente de huevos. Este cariz de inocencia y laxitud, que para nada vislumbra las actitudes posteriores pero que progresivamente va alterando los ánimos de los personajes, es lo más salvable de la película.




Haneke maneja con serenidad la puesta en situación, y nunca pervierte (para bien) tal modo calmoso a pesar del escenario criminal. El problema es que tal situación es tan simple como ambiciosa, con un planteamiento de juego y apuesta que pretende vincular al espectador.

Las escenas se expanden sin medida y no hay variantes de interés. Al margen de Michael Pitt, que por lo menos se echa unas cuantas parrafadas marcando los tempos de la acción, las actuaciones no son creíbles, en especial las de Naomi Watts y Tim Roth, quienes aunque son víctimas de esa acción parecen ausentes (Roth está como si no estuviera) más allá de los previsibles lamentos y quejas.




Dentro de la rutina de acoso y humillación familiar (nada mejor que ver sobre estos asuntos en situación límite películas de peso como “Perros De Paja” de Sam Peckinpah, “Horas Desesperadas” de William Wyler o “El Cabo Del Terror” de J. L. Thompson), Haneke tiene pretensiones “inteligentes” y quiere conectar al público con Pitt en el juego morboso-macabro.

De esta manera, hace hablar al actor directamente hacia cámara en un par de ocasiones, sin saber que tal acercamiento al personaje criminal desbarata la tensión dramática y convierte una narración de ficción en un juguete veleidoso, y más cuando emplea, quebrando sin sentido el tono del film, la chuscada del “mando a distancia”. Eso ya es una tomadura de pelo absoluta cerrada con el pobre recurso circular.

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Michael Haneke
Naomi Watts
Tim Roth




funny games peliculas fotos criticaHace diez años el director austriaco Michael Haneke mostró al público su película “Funny Games”, en la cual se hace hincapié en una deconstrucción de la violencia bajo un espíritu malévolo y provocativo que el espectador puede amar u odiar, o a quizá se pueda odiar, pero inevitablemente debe reconocerse el vigor patológico que yace en dicha película cual firme retrato de una sociedad igualmente torcida. Es una crítica social, una cruda revelación e incluso una llamada de atención para el espectador que busca pasarla mal… o bien, pretende explorar su naturaleza sádica.

Ahora en el 2007 nos llega el remake de dichos juegos sádicos pero bajo una co-producción estadounidense. El proyecto no es precisamente una reinterpretación, sino una copia exacta de cada uno de los planos ya antes filmados por el mismo director, la diferencia es que el reparto ha cambiado por un par de caras conocidas, que si bien, pueden o no ayudar a la identificación con los personajes, la cosa importa poco.




Su primera producción no sólo se refería a una crítica a lo ya antes mencionado, sino también una lacerante estocada al cine de Hollywood con su acción despabilada, acelerada, derrochadora de color y movimiento; cuestión que se vuelve contradictoria en esta producción, cuya manufactura viene de dicho cine norteamericano al cual iba dedicada la denuncia.
Por ello es cuestionable la existencia de esta “segunda versión”, pues me hace preguntar ¿para qué ha visto la luz esta “Funny Games?, ¿es porque el director busca que su película sea vista por un público más amplio? Y si es así ¿no es una completa contradicción querer socavar provecho monetario de su misma denuncia que es la violencia, o quizá verdaderamente quiere provocar a más gente y hacerles pasar el mal rato?

Los cuestionamientos son tan cíclicos como la razón por la cual el espectador se sienta a ver la película (por primera o segunda vez), ya sea por sadomasoquista, curioso o ignorante, la película no perdona a quién le vea y te dice de frente que eres un voyeur y le das asco. Todo eso puede ser cierto, pero es cuando entra la ética del creador.
Aquí Haneke se desenvuelve con el galante uso de la réplica, que a mi parecer pierde la esencia y el poder de la propuesta inicial, llevando a su producto a un aspecto más “comercial” con fines egocentristas y autocomplacientes. Ya que es netamente contradictorio decirnos que la humanidad es una porquería cuando él se comporta de la misma manera. La primera vez ha sido una interesante propuesta, la segunda es un completo fraude.




Pero se debe decir que los espectadores que se topen por primera vez con este argumento seguramente temblarán, no se puede negar la tensión que la película consigue, ni la forma tan acertada de ir llevando la presión con un talante enfermizo e indeseable, no obstante desde el inicio se sabe a dónde irá a parar la historia, y por lo mismo (aún siendo la primera vez) no se aguarda un resultado inesperado o “escapista”, incluso el mismo director se burla de dicha opción de una forma muy obvia.

Lucio Rogelio Avila Moreno

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