Dirección: Jim Sheridan.
Intérpretes: 50 Cent, Adewale Akinnuoye-Agbaje, Joy Bryant, Omar Benson Miller.
Marcus (Curtis “50 cent” Jackson) es un traficante que pertenece a una mafia organizada y en la que irá subiendo posiciones. Tras probar la cárcel decidirá dejar el crimen y dedicarse a lo que siempre quiso: el hip-hop, con la ayuda de su compañero de celda Bama (Terence Howard). Pero sus antiguos jefes y compañeros no se lo pondrán tan fácil…
Intentando repetir el éxito de la combinación entre el realizador Curtis Hanson y el rapero Eminem en la notable “8 Millas” se presenta esta irregular película que, aunque no lo parezca, deja practicamente de lado el tema del rap y se dedica exclusivamente a presentar un cuasi-insultante carrusel de tópicos y lugares comunes vistos una y mil veces en el cine de gángsters ( el jefe de la banda, modulando la voz cual padrino de Coppola, el compañero de cárcel que le ayuda a cambiar de vida, la muerte temprana de su madre, el malo malísimo que acaba haciéndose jefe de la banda, y algunos más que por no estropear el desenlace del guión no nombraré).
Y eso que en esta ocasión la dupla podía prometer tanto o más que en la película antes mencionada, ya que tanto el director Jim Sheridan (“Mi Pie Izquierdo”, “En El Nombre Del Padre”)) como la mega-estrella del rap 50 Cent podrían haber atraído a mucho más público y no haber sido masacrados por la crítica de no haber contado con unos guionistas que se han limitado a repetir situaciones una tras otra, llegando a veces al ridículo (“prefiero morir como un hombre que vivir como un cobarde” , dice el protagonista tras recuperarse de haber sido tiroteado y corriendo en chándal como si de Rocky Balboa se tratara).
No está, sin embargo, exenta de buenos momentos, como la notable pelea en la cárcel o esa imagen del protagonista recibiendo un tiro en la boca, y la puesta en escena de Sheridan se salva sin problemas de la quema, pero todos hemos visto esta película tantas veces que unicamente los fans de su realizador y de 50 Cent (me encuentro en ambos grupos) le encontrarán algún interés a este fallido producto.
Carlos Morcillo