Dirección: Terence Fisher.
Intérpretes: Peter Cushing, Christopher Lee, Yvonne Furneaux, Eddie Byrne.
Con guión de Jimmy Sangster (“Las Novias De Drácula”, “La Sangre Del Vampiro”).
Sinopsis
Varios arqueólogos británicos, entre los que se encuentra John Banning (Peter Cushing), profanan la tumba de la princesa y sacerdotisa Ananka (Yvonne Furneaux), adoradora del dios Karnak.
Junto a ella, se encontraba su amante Kharis (Christopher Lee), quien resucitará de su muerte para vengar, incitatado por un adorador de Karnak llamado Mehemet (George Pastell), a los violadores del lugar sagrado.
Crítica
La tríada clásica de la Hammer (Terence Fisher, Christopher Lee y Peter Cushing) en plena acción para revisitar el mito egipcio de la momia.
Esta versión, muy diferente en su concepción (su propuesta recae más en la aventura y menos en la lírica) a la dirigida en los años 30 por Karl Freund, mantiene las constantes coloristas de la productora (con el imprescindible Jack Asher en la fotografía) y la directa y elegante dirección de Terence Fisher.
El romanticismo inherente a la leyenda de la momia y el suspense de la historia están muy conseguidos gracias al eficaz guión de Jimmy Sangster y a la narración del realizador londinense, quien incorpora varios flashbacks, entre ellos, uno muy destacado que relata con detalle los orígenes de la citada creencia mítica, retrotrayéndose a la fascinante época del Egipto faraónico.
Este interesante relato de la Hammer, que destaca por una excelente caracterización de un atlético Christopher Lee como la momia, también sirve para tantear de soslayo asuntos inherentes a la materia principal, como son los poderes ocultos, los fanatismos religiosos, el respeto a la tradición y los cultos ajenos o la devoción incondicional, sea ésta de tipo místico o amoroso.
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