Dirección: Frank Borzage.
Intérpretes: James Stewart, Margaret Sullavan, Robert Young, Frank Morgan.
En una pequeña localidad alemana, colindante con los Alpes suizos, se nos presenta la tranquila y apacible vida de la familia Roth.
Esta feliz situación dará un brusco e inesperado giro con la llegada de Hitler al poder a comienzo de los años 30.
Los cambios se sucederán de forma dramática, cuando todos los habitantes parecen abrazar el nuevo credo que abandera el nacional socialismo, mientras que unos pocos se oponen a él.
La propia familia Roth quedará divida para siempre.
Como muchos otros profesionales-artesanos de la edad dorada de Hollywood, Raoul Walsh o Michael Curtiz, el infravalorado Frank Borzage fue uno de esos cineastas que otorgaban una gran dimensionalidad a todos sus personajes, a través de historias directas y precisas.
“La tormenta mortal” es, sin lugar a dudas, la obra maestra de Borzage (una joya que –inexplicablemente- es casi imposible encontrar); donde se cuenta una historia al mismo tiempo tierna y terriblemente desoladora, acerca de una familia rota por la tragedia que supuso la llegada de Hitler al poder, tanto para Alemania, como para el resto de Europa.
Un profesor liberal que no está dispuesto a aceptar las nuevas normas del régimen fascista. Su joven hija que debe decidir entre un novio fanáticamente nazi y otro liberal… En definitiva, la historia de una desunión familia, que se establece como una sombría advertencia de los horrores que traería el nazismo.
Una película por la que no parece pasar el tiempo, y que se mantiene fresca y viva después de muchas décadas desde que vio la luz, allá por 1940.
Este título causó la censura de todas las futuras producciones de la Metro en Alemania, por parte de Goebbels. Incluso el embajador de Alemania en EE UU, intentó persuadir a la MGM para que no estrenara el filme.
Es de agradecer que Borzage supiera trascender el valor de simple propaganda prebélica que Louis B. Mayer quería adjudicar a la película. Borzage lleva la historia a su terreno y consigue ensalzar una vez más el valor del amor que se sobrepone a cualquier adversidad, uno de sus temas recurrentes en su filmografía.
Un final inolvidable –por terrible- a la par que lírico y esperanzado. Una puesta en escena brillante, donde la cámara se mueve con suavidad y elegancia en escenas como las de la taberna o la de la cena en casa de la familia Roth; y unas interpretaciones insuperables de todo el elenco (la perfecta pareja que conforman Margaret Sullavan y James Stewart), pero sobre todo la del padre, Frank Morgan (el que fuera el mítico Mago de Oz) y la madre, Maria Ouspenskaya.
Triste y desoladora, “La tormenta mortal” potencia el valor de la libertad de pensamiento y la individualidad frente a la opresión de cualquier forma de totalitarismo.
Eduardo Villanueva
Fichas en AlohaCriticón