• Por Antonio Méndez

les-biches-cartelDirección: Claude Chabrol.
Intérpretes: Stéphane Audran, Jean-Louis Trintignant, Jacqueline Sassard.

Con guión de Claude Chabrol (“El Bello Sergio”, “El Ojo Maligno”) y Paul Gégauff (“A Pleno Sol”, “Accidente Sin Huella”).

Sinopsis

Frédérique (Stéphane Audran) es una adinerada mujer bisexual que comienza una relación con Why (Jacqueline Sassard), una pintora callejera. En una villa de Saint Tropez ambas conocen al arquitecto Paul Thomas (Jean-Louis Trintignant), quien termina seduciendo a las dos mujeres.

Crítica

Claude Chabrol propone en este drama psicológico un triángulo amoroso. Los personajes principales se presumen seductores, sin duda tienen estilo pero no dejan de ser planos, y los secundarios, parte del ‘mobiliario’ burgués en una casa rica de costa, se pintan como excéntricos pero no son más que gratuitos y aburridos.

las-ciervas-foto-criticaLa película es muy simple, faltándole incisión y enajenación.

Nos ubica en un ambiente acomodado con diversas atracciones amorosas-sexuales y se conectan los tres caracteres centrales con lugar para la decepción sentimental, la locura generada por la pasión-obsesión y la tragedia.

Tras paseos con fondo de sonidos de flauta, conflictos laxos, juegos insulsos y coqueteos fríos sin originalidad en sus planteamientos, la historia termina de forma tan efectista como previsible.

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Stéphane Audran
Jean-Louis Trintignant


las-ciervas-fotoUna adinerada mujer lesbiana llamada Frédérique (Stéphane Audran) y Why (Jacqueline Sassard), una artista callejera, se dirigen a la casa de Saint Tropez de la primera. Ambas verán alterada su relación con la aparición de Paul Thomas (Jean-Louis Trintignant), un arquitecto que intentará conquistar a Why.

Claude Chabrol rueda en 1968 “Les Biches” traducida al castellano como “Las ciervas”, aunque en su idioma original, en realidad, sea el apelativo vulgar con el que se denominan a las lesbianas.

Como uno de los pioneros de la “nouvelle vague”, en este, como en la mayoría de sus trabajos, las principales premisas del movimiento, caracterizan sus filmes. Un rodaje directo, una historia natural, una profundización en los complejos mundos de sus personajes, y porqué no, una observación crítica a diversos aspectos de una sociedad manifiestamente mejorable.

Además de una puesta en evidencia de una burguesía sin ética, –crítica que se amplía a las clases menos privilegiadas y su deseo de emulación–, el film se adentra en la compleja trama de las pasiones entrecruzadas de un singular trío, dos lesbianas y un hombre, en el que la dominación y la dependencia en las relaciones amorosas, marcarán actitudes tan extremas como queramos imaginar.

La historia, aparentemente sencilla, narra el encuentro casual de Frederique, una lesbiana rica y caprichosa, y Why una joven artista callejera. La primera invitará a la joven a su finca en St. Tropez, cosa a la que no opondrá ninguna resistencia. Pero en una de las fiestas ociosas en la finca de recreo, aparecerá Paul, un apuesto arquitecto, que primero seducirá a Why, y posteriormente, ante el coraje de los celos, será conquistado por Frederique. Los intentos de Why por formar un singular trío, se verán rechazados por Frederique, con un desmesurado concepto de poder dentro de las relaciones íntimas. La respuesta de Why, no será menos desmesurada.

En realidad se trata de una compleja observación de una tópica mentalidad femenina en sus relaciones sentimentales y sus enigmáticas reacciones, aquí, ubicadas en el mundo del lesbianismo, más como una reivindicación de una opción tan natural como las más conservadoras, que como un estudio de su idiosincrasia específica.

Angel Lapresta

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