Dirección: Carter Smith.
Intérpretes: Jonathan Tucker, Jena Malone, Shawn Ashmore, Laura Ramsey.
Película basada en una novela de Scott B. Smith (“Las Ruinas”, Ediciones B). Con guión de Scott B. Smith (“Un Plan Sencillo”).
Sinopsis
Dos parejas de novios de los Estados Unidos, Jeff (Jonathan Tucker), Amy (Jena Malone), Stacy (Laura Ramsey) y Eric (Shawn Ashmore) disfrutan de una estancia vacacional en México. Después de conocer en la piscina del hotel a un alemán llamado Mathias (Joe Anderson), el grupo se involucra en un viaje a unas ruinas mayas perdidas en la jungla.
Crítica
Debut como director de largometrajes de Carter Smith, quien adapta en su primera película una novela de Scott B. Smith, ocupado también en escribir el guión del film.
La historia tiene ecos de la reciente “Turistas”. Parte de algo similar: un grupo de jóvenes viajeros que se piensan que lo van a pasar morrocotudo tomando el sol, amortizando el gimnasio luciendo tipito en bikini-bañador a lo largo de las piscinas y playas del país, y bebiendo en fiestas nocturnas, sin sospechar lo que se le viene encima cuando quieren jugar a “soy aventurero como Indiana Jones”. Mejor estarían quedándose en la tumbona.
Las primeras escenas con los protagonistas, de relax y esparcimiento, buscan el contraste con el tono pesadillesco con personajes fuera de contexto que sufrirán con posterioridad, cuando la película se convierte en un lánguido ejercicio de terror natural-selvático con búsqueda de supervivencia.
La situación de terror creada es rápida. Unos nativos, retratados como descerebrados que sólo saben berrear y apuntar (sin demasiado estilo) con pistola y flechas, no pueden razonar con los jóvenes exploradores y ya la tenemos montada.
Todo el día y toda la noche en el templo-pirámide de marras con la amenaza de los naturales de la selva al acecho…
En esta nadería de serie B con personajes frívolos y situaciones más molestas que inquietantes, no faltan dosis de histerismo forzado, diálogos de tercera, y un progresivo ambiente de desesperación claustrofóbica que alcanza su clímax en el desvarío final con despilfarro de sangre y actitudes bastante improbables.
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