• Por AlohaCriticón

las tres noches de eva movie poster cartel pelicula
Dirección: Preston Sturges.
Intérpretes: Henry Fonda, Barbara Stanwyck, Charles Coburn, Eugene Pallette.


El científico experto en reptiles y rico heredero Charles Pike (Henry Fonda) es el objetivo de la banda de timadores formada por el Coronel Harrington (Charles Coburn), su hija Jane (Barbara Stanwyck) y su criado Gerald (Melville Cooper) durante un viaje en alta mar a bordo de un trasatlántico. Sin embargo, el plan se tuerce cuando la tramposa y seductora Jean se enamora del estirado e ingenuo Charlie, quien anula sus planes de boda una vez informado por su “cuidador” (William Demarest) de la verdadera identidad del trío.

Escrita y dirigida por Preston Sturges, “Las tres noches de Eva” se enmarca dentro de lo que se ha venido denominando screwball comedy, comedia loca o zigzageante (toma su nombre de un tipo de lanzamiento del baseball en el cual la bola coge diversos efectos) que brilló desde mediados de los años 30 en el cine norteamericano, e indudablemente se encuentra a la altura de los mejores exponentes del género, como la hawksiana “La fiera de mi niña”, realizada tres años antes y con la que guarda algún que otro parecido, por lo menos en la fórmula original (científico ingenuo apasionado por el estudio de algún animal, llámese serpiente o dinosaurio + mujer de carácter radicalmente opuesto que siembra momentáneamente el caos en su vida = amor).


Repleta de diálogos ingeniosos y de momentos francamente divertidos, con brillantes actuaciones de los dos actores protagonistas (Bárbara Stanwyck está más guapa y seductora que nunca), así como del resto de los muy bien escogidos actores secundarios, “Las tres noches de Eva” se disfruta cada minuto de su metraje. Son inolvidables, entre otros, la partida de cartas en el trasatlántico, donde una ya enamorada Bárbara Stanwyck intenta contrarrestar las trampas de su padre, que pretende “desplumar” al pobre Charlie, el imposible desayuno del Sr. Pike (Eugene Pallette) en su mansión, o la noche de bodas en el tren, cuando la Stanwyck-Lady Eva va confesando su pasado a un atónito Henry Fonda entre pitidos de locomotora y entradas en túneles en medio de una tormenta.

Tampoco faltan los demás ingredientes de una comedia loca, como las inevitables caídas (las tres consecutivas del protagonista en la fiesta en casa de sus padres, con los consiguientes cambios de esmoquin, o las zancadillas inicial y final de Bárbara Stanwyck en los trasatlánticos), las mansiones de la alta sociedad y sus mayordomos (y aquí también un cocinero especial), y, por supuesto, los momentos románticos, como la primera de las declaraciones de Henry Fonda a Bárbara Stanwyck, que comienza con un tímido Fonda diciendo “¿te gustaría ir a la proa del barco, donde sopla el viento?” y termina con una Stanwyck enamorada que sentencia que “una cubierta a la luz de la luna es el despacho de una mujer”.



Pero “The Lady Eve” es también una comedia de repeticiones, circular, redonda, en todos sus sentidos. Las situaciones se repiten, pero no significan lo mismo. La primera zancadilla a Charles Pike tiene como finalidad cazar al pobre pardillo al que hay que timar; la segunda, al final de la película, pretende cazarlo para siempre, por amor. Las declaraciones del un poco cursi Charles a Jane y Eva son idénticas, pero para ella no significan lo mismo. Y los viajes por mar de Fonda evidentemente tampoco, aunque en los dos se dedique a la lectura del libro “¿Son necesarias las serpientes?”; si en el primero huye de todas las cazafortunas bebedoras de soda Pike (la marca que ha hecho millonaria a su familia) pero ansía encontrar a su mujer ideal, en el segundo huye de esa búsqueda, después de su frustrada experiencia.

En definitiva, solo se puede concluir diciendo que nos encontramos ante una auténtica joya de la comedia norteamericana, divertida, ingeniosa y pícara, magistralmente escrita y dirigida por el justamente redescubierto Preston Sturges y alegremente interpretada por todo su reparto. Una delicia.

Juan Manuel Fernández

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