Dirección: Javier Rebollo.
Intérpretes: Lola Dueñas, Michaël Abiteboul, Lucienne Deschamps, Carmen Machi.
Léon (Michaël Abiteboul) vive en un modesto barrio parisino cuidando de su inválida madre (Lucienne Deschamps). La llegada al inmueble de Lola (Lola Dueñas), una nueva vecina, trastocará la rutinaria existencia de León.
El primer trabajo en la dirección de Javier Rebollo y en la interpretación de Lola Dueñas, les reunió en el cortometraje, “En Medio De Ninguna Parte” (1997).
Desde entonces, la Dueñas se ha consolidado como una estupenda actriz en el panorama interpretativo español y Rebollo se ha labrado una excelente reputación en la realización de cortos.
En “Lo Que Sé De Lola” se vuelven a encontrar, casi diez años después, para rodar una película en la que Rebollo rinde tributo y admiración a la manera francesa de hacer cine.
Producida curiosamente por Lolita Films y firmando también el guión Lola Mayo, la cinta de Rebollo tiene mucho de “Vivir Su Vida” (1962) (la secuencia del baile en el billar, no deja lugar a dudas), algo de “No Estoy Hecho Para Ser Amado” (2005) (un personaje con horchata en las venas, reconvertido aquí en dócil monstruo de las galletas, preocupado por su alopecia galopante) y un poquito de “Hable Con Ella” (2001).
“Lo Que Sé De Lola” contiene logradas elipsis y puntuales aciertos visuales: los pies chamuscados de la madre, la sangre de Lola corriendo inexorable hacia el desagüe de la ducha, o un León derrotado esperando con el zapato de Lola en su regazo.
Se podría decir que estamos, pues, ante una peculiar combinación de un retazo de la sesuda y sociológica “nouvelle vague” a ritmo de “Cara De Gitana” junto a una almodovariana Mancha con sus inertes molinos, que va recibiendo a sus muertos con el único sonido de las paletadas de cemento aplicadas en los ladrillos que tapian el último sueño del recién finado.
Alberto Alcázar
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