• Por Antonio Méndez

monstruoso cartel pelicula movie poster cloverfield
Dirección: Matt Reeves.
Intérpretes: Michael Stahl-David, Jessica Lucas, Mike Vogel, T. J. Miller.

Con guión de Drew Goddard (“La Cabaña En El Bosque”, “Guerra Mundial Z”).

Sinopsis

Rob Hawkins (Michael Stahl-David) está a punto de abandonar Nueva York para trasladarse a Japón después de aceptar un trabajo en el país nipón, con lo que organiza una fiesta para despedirse de sus amigos. Lo que iba a ser un encuentro lúdico se transforma en pesadilla cuando la ciudad estadounidense se convierte en un caos de destrucción tras la aparición de una criatura monstruosa.

Crítica

monstruoso-foto-criticaSi alguien ha visto la película “Rec”, este “Monstruoso” emplea el mismo truco de cámara subjetiva durante todo el metraje, agobiando y mareando todavía de manera más incisiva, y con una trama y personajes muchísimo más infumables. Al lado de este bodrio, “Rec”, que tiene las mismas influencias (“Brujas Blaires” y demás espantos de toma-pelo adolescente) incluso es una película de mérito.

La película, ambientada en la ciudad de Nueva York, se inicia con una fiesta juvenil bastante light en donde hay mucho abrazo por aquí, muack-muack por acullá, se cotillea de ligoteos, se beben birras con sonidos de fondo de Spoon y alguna que otra muchacha poco dada al “drinking” duerme la mona en un sofá mientras el espabilado de la cámara le graba.

Un cúmulo de tópicos con parloteos a cámara que interesan bien poco más allá de rellenarle el metraje a sus hacedores (poco más de una hora les llega para esta nadería), entre ellos el pseudodebutante (había filmado algo en el cine en los 90) Matt Reeves.

Todo esto sucede hasta los veinte minutos, que es cuando el ambiente festivo se transforma en pesadilla dantesca nocturna.

Así que ya tenemos montado el barullo con correcalles en donde uno no se entera de nada (el presunto realismo que se busca y participación directa en la situación creada lo único que logra con ese tratamiento de amateur fatuo es el alejamiento de los sucesos (ya no digamos de los personajes)) entre tanta cámara mal llevada, luces que vienen y van, y gritos: “¡Oh Dios Mío!, “¿Pero qué passsssssssssssssa? Está pasando algo pero que muy muy rarito”…

No, si incluso esta cutre epopeya apocalíptica post-adolescente puede que tenga pretensiones alegóricas. Sí, hombre, sí.

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Mike Vogel
Odette Yustman