Dirección: Valérie Lemercier.
Intérpretes: Valérie Lemercier, Lambert Wilson, Catherine Deneuve, Michel Aumont.
La repentina muerte en accidente de helicóptero del rey André, trae como consecuencia que su hijo Arnaud (Lambert Wilson) herede la corona en detrimento del primogénito, Alban (Michel Vuillermoz), aquejado de una deformación física. La subida al trono de Arnaud, cogerá con el paso cambiado a su consorte, Armelle (Valérie Lemercier), pero, después de una serie de rocambolescos acontecimientos, no tardará en hacerse con las riendas del reino.
Nada como una perspectiva política alejada de lo que se quiere reflejar, para desarrollar, en esta ocasión, una detallada crítica no encorsetada, mordaz e inteligente de la realeza, cocinando para ello una mixtura de las monarquías que hacen valer sus derechos en tierras europeas.
Si se confrontara a dos películas coincidentes cronológica y temáticamente, como es ésta que se comenta y “The Queen”, la Francia republicana le mojaría la oreja a la seria formalidad británica, aunque el planteamiento de ambas cintas difiera en algunos aspectos. Y, ciertamente, sobrepasar a los ingleses en cuanto a humor se refiere, y más si son sus poco salados vecinos, no es moco de pavo.
La directora francesa Valérie Lemercier, en este su tercer largometraje, se ha cuidado muy mucho, debido a que bebe en fuentes conocidas, de no incluir la ya clásica leyenda, ubicada por lo general en los títulos de crédito: “Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”.
Salta a la vista descubrir gestos, actitudes y comportamientos, obviamente en su vertiente exagerada, extrapolables a las informaciones que pueden llegar de las monarquías reinantes.
Lemercier, también protagonista eficiente de “¡Palacio real!”, ha conseguido levantar una comedia de ritmo muy vivo que mantiene la expectativa del respetable predispuesto a la risa fácil, un reto siempre difícil pero que, a la postre, bendice o denigra al género en cuestión.
Excelente aportación, pues, de la realizadora gala, tanto delante como detrás de la cámara, a la que acompaña un elenco igualmente efectivo entre el que se destaca Catherine Deneuve o el propio Lambert Wilson.
Alberto Alcázar
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