• Por AlohaCriticón

que viva mexico cartel criticaDirección: Sergei M. Eisenstein.
Intérpretes: Martín Hernández, Isabel Villaseñor, Félix Balderas, Julio Saldívar.


¡Que viva México! une el documental con la ficción combinándolos hasta no notar donde termina uno y donde empieza la otra. Eisenstein realiza en este filme, un homenaje a la revolución del pueblo mejicano, a su tradición, a sus costumbres y, por último, a su carácter. El director desea reflejar esta cultura anclada en el pasado y su transformación.

Atención: Contiene Spoiler
“¡Qué viva México” está dividida en cuatro partes( “Sandunga”, “Maguey”, “La fiesta” y “La soldadera”) al igual que “El acorazado Potemkin” con la única diferencia de que el segundo tiene cinco partes, son como episodios en los que transcurren diversas acciones que confluyen más tarde para presentar la historia. En estos cinco episodios, el director ruso logra atraer la historia del país reflejándola a través de sus fiestas, por ejemplo, la corrida de toros heredada de la tradición andaluza( española) con su conquista. En este filme no se presentan protagonistas al igual que en “El acorazado Potemkin”, sin embargo, el autor consigue que sus desdichas y su dolor nos afecten del mismo modo. A través de tres generaciones Eisenstein refleja la sociedad mejicana.




Cabe destacar el papel que Eisenstein le otorga al Maguey. Esta especie de cactus gigante sirve de sustento para muchas familias pues les permite trabajar en su recolección. Además, cuando el pueblo está de fiesta vemos cómo beben su líquido celebrando su historia. Por otro lado, en la batalla, cuando los hombres están luchando, se olvidan del papel de la planta, clavan las balas en sus hojas, los disparos la cortan lo que hace que el líquido se esparza. Eisenstein nos muestra con todo detalle ese delicado trato que los habitantes le conferían y esa brutalidad del enfrentamiento que también daña a la planta dictando la desdicha de los “protagonistas”.

La mejor escena del filme tiene lugar en el momento en el que los guardias se disponen a partir dejando a los infelices a merced del desierto, con todo lo que esto conlleva( calor, sed, animales salvajes…). A pesar de la situación en que los abandonan, deseamos que los guardias se alejan rápidamente porque esperamos que su amigo ( que sigue escondido) los libere. Como si los guardias sospecharan esto, mostrando su máxima crueldad, incitan a los caballos a aplastar los cuerpos de los mozos, Eisenstein nos permite escuchar los gritos de los animales ( que no son salvajes pero están “bien amaestrados”) mezclados con los de los guardias y percibimos el silencio de los “protagonistas”. El director nos muestra su dolor y logra que los espectadores lo compartan.




Las miradas penetrantes que los mozos nos dirigen al final de la batalla cristalizan el dolor del pueblo abatido pero también la furia que se desatará y que los llevará a la revolución que ya había comenzado. El pueblo mejicano unido en la lucha, lo que parecía un pueblo sin carácter, anclado en sus costumbres y sin posibilidad de cambiar su funesto destino, se revuelve. En la secuencia final nos presentan otra vez la tradición de los mejicanos, sus fiestas y su alegría, esto enlaza con el documental que se presentaba al principio, de modo que la película tendría una estructura del estilo de: documental-ficción y documental-ficción-documental.

El director nos muestra con todo detalle las calaveras en primer plano, los vasos por los que beben y que presentan esta misma forma y los esqueletos. Los niños jugando con ellos y los jóvenes bailando su danza, observamos también el lamento por sus difuntos. A través de esta burla de la muerte, Eisenstein logra que esta última secuencia la relacionemos con la totalidad del filme, cuando los participantes se descubren( se quitan la calavera, la máscara) el director nos muestra la victoria de los campesinos, la victoria de la revolución en contraposición con los esqueletos de los terratenientes.

Al fin podemos comprobar como transcurre el ciclo de la vida, esa última imagen del hijo de María Concepción que representa la vida, el triunfo y el cambio, la superación de la muerte por parte de los campesinos. La contestación del pueblo ante su represión, su fortalecimiento y su unión.

Calabaza