• Por Antonio Méndez


Dirección: Lewis Gilbert.
Intérpretes: Sean Connery, Akiko Wakabayashi, Mie Hama, Tetsuro Tamba.

Película basada en una novela de Ian Fleming. Con guión de Roald Dahl (“La Maldición De Las Brujas”, “Charlie y La Fábrica De Chocolate”).

Sinopsis

Después de desaparecer en órbita espacial dos naves, una estadounidense y otra soviética, James Bond (Sean Connery) se traslada a Tokyo para intentar averiguar quien se encuentra detrás de estas desapariciones y así poder evitar un posible conflicto bélico entre la URSS y los Estados Unidos.

Crítica

Sean Connery parece en esta película un tanto cansado de las correrías de James Bond. Le falta la jovialidad de anteriores entregas y su característico cinismo de fácil seducción aparece dosificado, careciendo esta cinta del humor dominante de los films anteriores.

La película, dirigida por el debutante en Bond, Lewis Gilbert, recoge sin singularidad costumbrismos y paisajes de su entorno japonés y, en especial los tramos iniciales de introducción de situación y caracteres, posee suficiente acción con una trama de amenaza entre bloques típica de la Guerra Fría trasladada a localizaciones orientales.

Las chicas Bond, a pesar de que se intenta explotar la sensualidad de Mie Hama, palidecen ante la personalidad de personajes previos de función similar; y Donald Pleasence es una parodia en su papel de un antagonista cargante (el gato se harta de su afectación megalómana) que reduce la excitación de su extenso y monótono tramo final a pesar del espectacular ataque de múltiples ninjas.

Lo de Connery caracterizado como japonés tampoco es que sea una virtud, al igual que inverosímiles y entumecidos momentos de pelea “unocontratodos” filmados con plano aéreo.

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Sean Connery


Durante una misión rutinaria en el espacio una nave espacial norteamericana es secuestrada en pleno vuelo por un objeto desconocido. Ante esta situación los norteamericanos culpan a los soviéticos del incidente y les amanazan con declararles la III Guerra Mundial si se vuelve a secuestrar otras de sus naves.

El agente británico James Bond (Sean Connery), que se encuentra en esos momentos en Hong Kong, deberá averiguar quién está detrñas de estos misteriosos secuestros desplazándose hacia Japón.

Quinta entrega de la exitosa saga del conocido agente británico al servicio de su Majestad, personaje mítico del cine de espionaje creado por Ian Fleming que en esta ocasión y basándose en la novela del mismo título que el escritor empezo a escribir en 1962 durante una estancia de reposo en Japón tras sufrir un ataque al corazón ( posteriormente publicada en 1964 con gran éxito de ventas), James Bond se enfrenta cara a cara con la siniestra organización criminal SPECTRA y contra uno de más temibles de toda la galeria de los villanos de Bond, Ernest Stavro Blofeld, papel que en un principio estaba destinado a ser interpretado por el actor checo Jan Werich y que finalmente lo hizo magistralmente el británico Donald Pleasence, cuya presencia y desfigurada caracterización facial le convirtió en un icono que hizo historia dentro del género.

En esta producción, cuyo rodaje se inició el 4 de Julio de 1966, se advierte las características habituales en las anteriores películas de James Bond: mujeres hermosas y exóticas, impresionantes exteriores, armas y artilugios de alta tecnología, villanos megalómanos con espectaculares guaridas fortificadas tecnificadas con escenas de acción y efectos especiales.

Lo que sin duda es muy cierto y seguramente seguidores de la saga estén muy de acuerdo con esta afirmación, es que Sean Connery ha sido y siempre será el actor que mejor ha encarnado al popular agente secreto y no sólo por el hecho de que fuera el primero.

En aquellos momentos se encontraba en su mejor momento y cansado de encarnar a 007, seguramente porque no estaba conforme con el rumbo que iba tomando a su personaje, hecho que le llevó a mantener ciertas discrepancias con los productores de la saga, no llegando a ningún acuerdo para renovar el contrato. No obastante, esta no sería su última aparición como Bond, ya que sus fans todavía pudieron disfrutar de su presencia en dos ocasiones más.

Destacar la extraordinaria contribución del diseñador de producción Ken Adam en la elaboración del impresionante y gigantesco decorado de la base de lanzamiento de cohetes en el interior de un volcán costruido en los estudios Pinewood y que fue en sus propias palabras todo un desafío con un coste añadido de un millón de dólares para su construcción, la enorme cantidad de focos que se emplearon para iluminarlo por parte del fotógrafo Freddie Young y los más de 100 especialistas para la espectacular secuencia del asalto por parte de un ejército de ninjas, sin duda lo mejor del film.

Tampoco se puede olvidar la labor en el guión por parte del escritor de cuentos Roald Dahl y las secuencias de acción tanto aéreas como terrestres por parte de Bob Simmons y Johnny Jordan, quienes ayudan con su trabajo a configurar uno de los mejores títulos de la serie dedicada al célebre espía británico.

Rostov

Un artefacto de la NASA ha sido secuestrado en el espacio por un objeto no identificado. El gobierno americano culpa a los soviéticos del incidente, y solo los británicos están mediando la situación, enviando a su mejor agente, James Bond a iniciar una operación que ponga fin a la inminente tercera guerra mundial.

La ultima de las apariciones consecutivas de Sean Connery, quien anunció su “retiro” de la serie en la preproducción de esta cinta. Connery quería, en sus propias palabras, encontrar roles más complejos y evitar que lo encasillaran como el espía Británico, algo imposible de evadir. Aun así, consigue brindar otra buena actuación, esta vez iniciando la cinta con una misteriosa escena en la que asistimos a la muerte del agente 007 y luego a su funeral en alta mar.

SPECTRE regresa por tercera vez, iniciando otro plan criminal de escala global, y en esta ocasión, el sombrío Ernst Stavro Blofeld nos revelará por fin su siniestro rostro, en medio de una reticente conversación con James Bond, salida de la pluma de Roald Dahl, el famoso autor de cuentos infantiles, quien en esta ocasión adaptó libremente la novela de Fleming, tan libremente, que lo único que comparte con la obra literaria son los nombres de algunos personajes, como el simpático jefe del servicio secreto nipón Tiger Tanaka, o la bella aldeana Kissy Suzuki, nombre que jamás escucharemos durante la cinta, solo se verá en los créditos finales.

John Barry regresa para componer una magnifica banda sonora, repleta de sonidos folclóricos japoneses, y la dulce voz de Nancy Sinatra entona uno de los temas principales más sutiles de la serie, adornado por los volcanes en erupción y damas orientales en los títulos de Maurice Binder.

Lewis Gilbert dirige su primer película Bond, enfocándose en un tono más épico a las anteriores cintas, debido a que este se suponía seria el epilogo de la serie, en el que se cerrarían los cabos sueltos. Gilbert contó además con la ayuda de la exquisita fotografía de Freddie Young, los decorados de Ken Adam, los efectos visuales de John Stears y el siempre confiable montaje de Peter Hunt, en este caso también en tareas de dirección de segunda unidad.

Los momentos memorables están a la orden del día, como el secuestro de los astronautas en su cápsula espacial, las muertes de Mr. Henderson y la agente Aki, la pelea cuerpo a cuerpo en el edificio de las empresas Osato, Bond escapando de los furiosos pescadores locales, las indicaciones de Q y el posterior vuelo del diminuto helicóptero Little Nellie, el ya mencionado deceso del espía occidental, las ejecuciones a los ineficientes miembros de SPECTRE, y el grandioso ataque ninja a la fortaleza de la organización criminal, coreografiado por el gran Bob Simmons, el usual coordinador de dobles de la serie, para el que Ken Adam construyó, curiosamente con el mismo presupuesto de Dr. No, el enorme set del volcán base de operaciones donde concluye esta gran cinta de aventuras, bajo una ráfaga de balas, fuego y cientos de muertos, de ambos bandos, y James Bond en duelo frente a su eterno Némesis.

Pierluigi Puccini

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