• Por Antonio Méndez

Dirección: Bruce Beresford.
Intérpretes: Morgan Freeman, John Cusack, Jamie Anderson, Alice Krige.

Frank Cordell (Morgan Freeman) es un asesino a sueldo que cae por un río esposado a un policía. Este último, antes de fallecer, pide a Ray Keene (John Cusack), un profesor de instituto que pasea con su hijo (Jamie Anderson) por un bosque, que no permita que Cordell quede libre. Al margen de ello, los colegas criminales de Cordell también le persiguen con la intención de matarle.

Segunda colaboración (la primera fue “Paseando a Miss Daisy”) del director Bruce Beresford con el actor Morgan Freeman.

Si la primera cinta de relación intercultural todavía tenía un pase, este nuevo encuentro en plan thriller criminal poco ofrece más que sopor y lugares comunes.

El film se inicia con una introducción en paralelo sin demasiada chicha (relación paterno-filial con trauma pasado – grupo de criminales de psicología y gustos dispares) que busca contrastar preocupaciones y formas de vida muy diferentes que posteriormente convergerán en una situacion de supervivencia. En un lado sentimentalismo fláccido, en el otro choque de personalidades más fláccido todavía.

La situación citada se escenifica en un entorno natural boscoso. Tanto río, arboleda y montaña define un lugar propicio a la acción apurada en condiciones adversas, sea a causa de la propia orografía de la zona o por el acoso de cuatro cafres armados y con malas intenciones.

Para aliviar el estado pesaroso de los personajes principales sometidos a estos pelmas que van detrás y a la lluvia, la trama se salpica con algunos rasgos de humor (en especial la pareja policial local) y se “humaniza” al criminal con la figura siempre afable de Freeman, aquí encarnando a un personaje escéptico que ni sabe para quién trabaja ni ganas que parece tener. Él a cobrar y las motivaciones si no se explican pues que no se expliquen.

Aunque incluso parece tener vanidades críticas, no sobrepasa la mediocridad esta trama de persecución con huecos de guión (no hay cobertura para el móvil pero el Internet del portátil va de perlas), corruptelas manidas (y con un personaje femenino, que así tiene más empaque), acción rutinaria (propia de telefilm de relleno en canal TDT), personajes sin dimensión (idem que lo anterior) y diálogos más que pobres (idem de idem).

El interés principal de la cinta de Beresford, además de enfrentar a dos buenos actores, es comprobar las reacciones del ciudadano común envuelto en una circunstancia límite. Es decir, el espectador ante esta infumable trama.

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Morgan Freeman
John Cusack