Dirección: James Cameron.
Intérpretes: Leonardo Di Caprio, Kate Winslet, Billy Zane, Gloria Stuart.
Con guión de James Cameron (“Aliens: El Regreso”, “Avatar”).
Sinopsis
Una anciana llamada Rose (Gloria Stuart/Kate Winslet) rememora sus aventuras amorosas con Jake Dawson (Leonardo Di Caprio) en la travesía a bordo del Titanic que intentaba cubrir en 1912 el trayecto entre el puerto de Southhampton y la ciudad de Nueva York.
Crítica
Perfecto ejemplo de lo que tiene que ser la simbiosis entre superproducción hollywoodiense y calidad cinematográfica, hecho de difícil logro por la concesión de sus elementos a las pautas más comerciales.
La historia del hundimiento del famoso barco había sido llevada al cine en varias ocasiones con anterioridad, ya sea desde Hollywood, con la correcta “El Hundimiento Del Titanic” (1953) de Jean Negulesco o, desde tierras británicas, la poco conocida y más que notable “La Última Noche Del Titanic” (1958), film dirigido por Roy Ward Baker que influyó considerablemente este título dirigido por el canadiense James Cameron, la definitiva reconstrucción del fatal cataclismo marino con inspiración en las dos fuentes cinematográficas citadas.
“Titanic” enriquece el infortunio náutico con una historia romántica de amor adolescente.
No faltan los arrebatos pasionales identificativos con esa idílica edad llena de utopías y sueños; los enfrentamientos materno-filiales ávidos de poder y codicia; los encontronazos idealistas y autoidentificativos dentro de una sociedad de contrastes.
Las ambiciones humanas serán víctimas de sus vanidades y de sus grandilocuencias.
Las materias tratadas están desarrolladas en un barco presuntamente insumergible, como el deseo amoroso que pervive en el recuerdo de una valiosa joya, gema que dormita en el fondo de un océano que reposa momentos indelebles en la memoria del enamorado.
James Cameron, cuyos primeros pasos los dio con Roger Corman en su New World Pictures, y que después de esa primera etapa de aprendizaje estrenó algunos notables ejemplos de cine de acción y ciencia-ficción de los últimos tiempos, alcanza una cima de su obra con este film de brillantes recursos técnicos bien estructurados en una historia de lujosa dirección artística.
Con talento para el arte narrativo, Cameron describe con acierto los diferentes ambientes y personajes que se encuentran en el trasatlántico.
Logra traspasar con efusión el romanticismo inherente a la relación que centra la historia; refleja con detalle la época de comienzos del siglo XX en la que transcurren los hechos; y confiere a esos hechos la cadencia adecuada a la acción descrita, sean los momentos más propensos al sentimiento o a la frenética acción.
Con un meritorio trabajo interpretativo de todos los actores sin excepción, incluido Leonardo DiCaprio y una estupenda Kate Winslet, que ya había brillado con luz propia en la excelente película neozelandesa “Criaturas Celestiales”, este film se convirtió desde su presentación en un clásico rotundo del cine moderno que sería bendecido en su épica por el mismísimo Cecil B. DeMille.
La anciana que narra la historia es Gloria Stuart, rubia protagonista de “El Hombre Invisible” (1933), el clásico de ciencia-ficción firmado por James Whale.
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