• Por AlohaCriticón

tres hermanos tre fratelli movie poster cartel pelicula critica reviewDirección: Francesco Rosi.
Intérpretes: Philippe Noiret, Michele Placido, Vittorio Mezzogiorno, Andréa Ferréol.


Italia, finales de los años setenta. A la llamada de su padre, tres hermanos regresan a su pueblo natal en el sur del país para asistir al entierro de su madre recién fallecida. En una atmósfera nostálgica, el reencuentro evidencia la falta de sintonía y la imposibilidad de comunicación significativa entre los tres hermanos.

Alegórica y profunda reflexión sobre la realidad social y política de la Italia de finales de los años setenta.

Brillante y emotiva película de Francesco Rosi que reflexiona sobre la realidad social y política italiana a finales de la década de los setenta, en uno de los momentos más convulsos para el país desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En esta película el director napolitano continúa con la aproximación a la realidad social italiana ya desarrollada brillantemente en la mayoría de su cine anterior en el que destacan obras como “Salvatore Giuliano” (1961) o “Las Manos Sobre La Ciudad” (1963). En “Tres hermanos” abandona sin embargo el carácter lineal y el estilo casi documental de gran parte de su filmografía previa por una mayor preocupación por la estética y el uso de la retrospectiva.




La historia comienza cuando tres hermanos de mediana edad regresan a su pueblo natal en el sur de Italia para el entierro de su madre y acompañar a su anciano padre en ese momento difícil. El regreso a la casa de su infancia y el reencuentro subsume a los tres hermanos en una atmósfera de nostalgia y reflexión sobre su propia existencia en el contexto de la realidad de su país. Los tres están separados por la edad y por vidas contrapuestas que resultan en una imposibilidad de comunicación e incluso la oposición ideológica. En esas circunstancias, es una niña -la hija del hermano menor- quién está más cercana a su abuelo, y encarna simbólicamente la posibilidad de conexión entre el pasado y futuro en ese presente confuso.

Los tres hermanos representan acertadamente tres perspectivas diferenciadas, si no contrapuestas, de la Italia de finales de los años setenta. El mayor, Raffaele (Philippe Noiret) es un juez de Roma que lleva casos de terrorismo y que convive con la incertidumbre y el temor cotidiano a sufrir un atentado. El mediano, Rocco (Vittorio Mezzogiorno), trabaja como asistente social en un reformatorio para adolescentes de Nápoles, y representa la situación de una sociedad desarmada en un contexto de crisis socioeconómica y de degradación de las estructuras y valores tradicionales. Finalmente, el hermano pequeño, Nicola (Michele Placido), es un obrero sindicalista en Turín que ve como su matrimonio se rompe y que viaja con su pequeña hija a su Puglia natal. Su personaje permite abordar cuestiones clave en la Italia de dicho periodo como los problemas de integración de los emigrantes del sur en el norte del país, los conflictos laborales, el desempleo, y los movimientos sociales fren te a la crisis económica en general.

Los tres hermanos son en cierto modo presentados como unos idealistas, cada uno desde su perspectiva, y más que proceder a una apología de una de las perspectivas de la realidad italiana, es la imposibilidad de comunicación entre ellos lo que más enfatiza la película. Menos centrales en la historia pero de carácter más simbólico son los personajes del abuelo y la nieta. El abuelo encarna los valores tradicionales de dignidad, humanidad y sencillez, frente a las contingencias de la vida moderna que desde diferentes perspectivas constituyen la vida de los tres hermanos. La relación entre abuelo y nieta evoca la posibilidad de una recuperación de los valores del pasado y una esperanza para el futuro.




Pero es la presentación de manera yuxtapuesta de las tres perspectivas encarnadas por los tres hermanos lo que da carácter global a la reflexión. En una de las frases más reveladoras de la película, uno de los personajes secundarios de la aldea enfatiza la ausencia de comunicación entre instituciones, elites políticas y sociedad como problema secular en la realidad italiana. La historia de los tres hermanos refleja esa imposibilidad de comunicación entre diferentes sectores de la sociedad italiana. Desde esta perspectiva de reflexión histórica de la realidad política y social Italiana, “Tres Hermanos” recuerda a películas anteriores como “Nos Habíamos Querido Tanto” (1974) de Ettore Scola, o mas recientes como “Catherina Va a La Ciudad” (2003) de Paolo Virzi, que abordan aspectos de contenido social y político desde la perspectiva de personajes comunes y próximos al espectador.

Respecto a las interpretaciones, cabe sin duda destacar la de Charles Vanel, veterano actor francés de gran trayectoria, quién en su papel del anciano padre de los tres hermanos que se enfrenta a la muerte de su esposa, encarna con gran humanidad los valores ancestrales de la dignidad y sencillez de manera brillante. Vanel recibió por su interpretación el premio David de Donatello del cine italiano al mejor actor secundario. Los tres hermanos son interpretados por conocidos actores como Michele Placido, Vittorio Mezzogiorno, y Philippe Noiret, que cumplen perfectamente con sus respectivos papeles. La película fue candidata a los Oscar como mejor película extranjera que en ese año se llevo la película húngara “Mephisto” de István Szabó, con gran interpretación de Klaus Maria Brandauer.

En conclusión, un interesante drama sociopolítico que combina la reflexión social sobre la Italia de finales de los años setenta con la mirada artística sobre la realidad. Una obra fundamental de uno de los grandes directores del cine italiano de la segunda mitad del siglo XX.

Tomás Soria

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