• Por Antonio Méndez

un buen año a good year cartel poster
Dirección: Ridley Scott.
Intérpretes: Russell Crowe, Albert Finney, Marion Cotillard, Abbie Cornish.

Película basada en un libro de Peter Mayle, que había sido llevado con anterioridad a una serie de televisión en 1993 dirigida por David Tucker.

Sinopsis

Max Skinner (Russell Crowe) es un experto en inversiones de Londres que hereda de su tío un viñedo en la Provenza francesa. Cuando llega al lugar para venderlo, sus primeras intenciones chocarán con los buenos recuerdos de infancia que le trae el viñedo, en donde conocerá a la guapa californiana Christie (Abbie Cornish), quien afirma que es hija ilegítima de su tío y que posee derechos sobre la herencia.

Crítica

un-buen-ano-fotoDespués de “Gladiator”, el director Ridley Scott y el actor Russell Crowe volvieron a trabajar juntos, en esta ocasion adaptando una novela de Peter Mayle que traslada de la urbana Londres británica a la rural Provenza francesa a un personaje cruel, ambicioso, que, a través de diversas experiencias memorativas y personales, comprobará que la vida es mucho más que competición y ansias de engordar la cartera con el euro, el dólar o la libra esterlina.

Scott, tras una primera introducción en flashback que nos muestra la relación íntima e iniciática entre el tío fallecido y el niño heredero, nos presenta en los primeros pasos del film al personaje central en su hábitat cotidiano de altas finanzas, con su ritmo apresurado, egoísta, impío. Posteriormente, para entrar en la comparación de valores, busca el contraste con sus vivencias contemplativas, pausado tempo y recuerdos en la campiña gala, rodeado de chicas monas, con interacciones culturales propensos a gags de bajo nivel, paisajes luminosos, erudiciones enólogas y festines gastronómicos.

El objetivo, una comedia ligera con elementos dramáticos y románticos, anémicos trazos turístico-gastronómicos del lugar y retazos (al margen de su base literaria) de “Bajo El Sol De La Toscana” y “Entre Copas”, no es otro que confrontar ambientes y sentires para que el típico personaje exitoso a nivel profesional reflexione sobre el rumbo de su existencia y se plantee cambios que favorezcan la misma.

En su aspecto de comedia no termina de alcanzar un nivel aceptable, intentándolo principalmente en su primer acto en el humor físico en base al clásico “pez fuera del agua”; en el aspecto dramático no interesa ni se profundiza, resulta todo demasiado simplista; y en el romántico es muy previsible. Además se busca rodear al personaje central de un variado grupo de personajes pintorescos, pero la mayoría no sobrepasa la caricatura y el estereotipo.

Al conjunto, con recuerdos a Jacques Tati y variada y animosa música (tanto suena el “Moi…Lolita” de Alizee Alizee como Harry Nilsson o una versión del “Hey Joe” por parte de Johnny Halliday) le falta chispa y encanto, pareciendo en ocasiones un spot publicitario de teléfonos móviles de última generación, cuando no uno de GPS o de automóviles.