Dirección: Sean S. Cunningham.
Intérpretes: Betsy Palmer, Adrienne King, Harry Crosby, Laurie Bartram.
El campamento de verano de Crystal Lake ha permanecido cerrado desde que, hace mas de veinte años, un niño muriera ahogado en las aguas del lago y dos monitores fueran asesinados.
Cuando el campamento vuelve a abrir sus puertas, en poco tiempo, varios de los nuevos monitores son encontrados sin vida.
Teniendo como principales referentes “Bahia De Sangre” de Mario Bava y, sobre todo, “La Noche De Hallowen” de John Carpenter, Sean S. Cunningham produce y dirige una película de terror no especialmente brillante, pero que con el tiempo se ha convertido en todo un clásico.
Además de presentarnos a Jason Vorhees, uno de los grandes iconos del cine de terror moderno, la cinta acabó por consolidar las mas destacadas constantes del subgénero splatter: brutales asesinatos a cada cual más explícito, uso de la cámara subjetiva para mostrar los movimientos del silencioso asesino, guapas adolescentes desnudas, etc.
Todas estas características se irían repitiendo en infinidad de secuelas, algunas de ellas mas afortunadas.
Son muy destacables la música de Henry Manfredini y los efectos especiales de Tom Savini, pero por lo demás la cinta es bastante insustancial; el guión de Victor Miller, además de desprender cierto tufillo conservador resulta muy simple y las interpretaciones, incluyendo la de un jovencito Kevin Bacon, son pésimas.
Dr. Zarkov
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