Dirección: Pawel Pawlikowski.
Intérpretes: Agata Trzebuchowska, Agata Kulesza, Dawid Ogrodnik, Jerzy Trela.
Con guión de Rebecca Lenkiewicz y Pawel Pawlikowski (“Last Resort”, “La Mujer Del Quinto”).
Sinopsis
Polonia, años 60. La huérfana Anna (Agata Trzebuchowska) es una joven novicia a punto de convertirse en monja. Cuando descubre la existencia de una pariente viva, su tía Wanda (Agata Kulesza), abandona momentáneamente el convento para poder averiguar sus raíces.
Crítica
Drama psicológico-iniciático dirigido y escrito por Pawel Pawlikowski que refleja una Polonia aturdida, en evasión por distintos medios… hedonistas, espirituales, alcohol…, ante la tragedia de la ligazón-ocupación de su gobierno por totalitarismos, primero el nazi y después el comunista soviético.
El film, historia corta fotografiada en blanco y negro, crea una situación de autodescubrimiento, búsqueda de identidad y afirmación religiosa a través de una mirada mesurada, reflexiva, que vincula a dos personajes en contraste y en ambientaciones diversas.
A pesar de caer en cierto esteticismo con el error de que cada plano tiene que epatar y convertirse en una obra de arte, la imaginería, el uso de silencios, de mínimos diálogos, y la composición de planos resultan recursos narrativos plausibles, con deudas tanto de las películas de Carl Theodore Dreyer como de la nouvelle vague francesa, los films de Ingmar Bergman o los de Andrzej Wajda o Andrzej Munk en los años 50 y 60. Una lástima que el cuidado visual desatienda mayor profundidad en los personajes y más apasionamiento y complejidad en resoluciones simples a cuestiones de trascendencia.