Dirección: Pablo Larraín.
Intérpretes: Natalie Portman, Peter Sarsgaard, Greta Gerwig, John Hurt.
Con guión de Noah Oppenheim (“El Corredor Del Laberinto”, “La Serie Divergente: Leal 1ª Parte”).
Sinopsis
Años 60.
El presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy (Caspar Phillipson), ha sido asesinado.
Su viuda, Jackie (Natalie Portman) intentará superar el dolor los días siguientes al suceso al tiempo que realiza actos institucionales y cuida de su familia.
Crítica
Darren Aronofsky produjo esta película dirigida por Pablo Larraín que recrea momentos críticos en la vida de Jackie Kennedy tras la muerte de su marido JFK.
La narración utiliza flashbacks de su vida como primera dama, saltos temporales a una entrevista realiza después del funeral, a conversaciones con un sacerdote…
Fragmentos de un docudrama íntimo en el que se muestran los momentos del asesinato, las secuencias de su llegada a la Casa Blanca… mezclando imágenes en blanco y negro y en color.
Más que un retrato de personaje, el film es el retrato de una tragedia y las consecuencias que provoca en la protagonista, acostumbrada a interpretar el papel de primera dama, sabiendo manejar con destreza su imagen pública.
El centro es Jackie, muy bien interpretada por Natalie Portman exhibiendo elegancia, vulnerabilidad, sufrimiento por la pérdida, aplomo; enfatizando su soledad para afrontar la situación, transmitiendo continuamente su emoción. Los secundarios están correctos, equilibrados.
En el juego de saltos temporales vemos como Jackie controla los miedos, dirige lo que debe publicar, sabe lo que se espera de ella. Contemplamos flashbacks rodando un programa televisivo, esforzándose en definir una imagen, captando el interés público.
También vemos como procesa su dolor por la pérdida, tratando de llevar la iniciativa en la planificación del funeral en un último esfuerzo para hacer que el legado de su marido sea recordado.
Todo llevado a cabo intentando normalizar la vida con sus dos niños pequeños en una situación complicada rodeada de medidas extremas de seguridad.
La narración no se apresura, es íntima, reflexiva, incluso enrarecida, con un tono oscuro, sin forzar el glamour.
Tras el atentado la cámara se pega literalmente a la protagonista, mostrando sus reacciones, la sangre en el rostro, el despertar del día después… ofrece detalles morbosos, inquietantes.
No se rehúyen los momentos complicados, como la recreación detallista del asesinato, la presencia del propio John F. Kennedy, las reacciones familiares, políticas, sociales… todo expuesto sin adornos, evitando en todo momento la catarsis y los clichés melodramáticos que podrían desbarrar o adocenar, por una u otra vertiente, este correcto drama.
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Natalie Portman
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Billy Crudup
Greta Gerwig
John Hurt