Dirección: David O. Russell.
Intérpretes: Mark Wahlberg, Christian Bale, Amy Adams, Melissa Leo.
Con guión de Eric Johnson, Scott Silver (“8 Millas”, “Escuadrón Oculto”) y Paul Tamasy (“Air Bud”, “Caminando Por Egipto”). Con producción de Darren Aronofsky y Mark Wahlberg.
Sinopsis
Dicky Eklund (Christian Bale) fue un boxeador estadounidense de ascendencia irlandesa cuya triunfal carrera se vino abajo a causa de sus problemas con las drogas y el mundo del crimen que le llevó a la cárcel. Ahora intenta reorientar su vida entrenando a su hermanastro Micky Ward (Mark Wahlberg) con el objetivo de lograr el campeonato del peso medio.
Crítica
Drama de boxeo dirigido por David O. Russel (“Tres Reyes”) que está basado en la figura real del púgil irlandés Micky Ward. Muy sobrevalorada, es una cinta menor que utiliza desde su inicio una exposición de documento casero concatenando acciones de forma tan apresurada como vacía. Más tarde templa su muestra casera para adocenarse en el telefilm de sobremesa.
Las secuencias de ring no poseen fuerza, la película no crea una atmósfera pugilística más allá de elementos básicos, las interpretaciones alternan la sobreactuación con el hieratismo (lo que fija todavía más sus defectos), los personajes no poseen profundidad para trascender sus emociones, y la trama de pretensión grave acumula rutinas melodramáticas sobre identidad y desarrollo personal con presión familiar y el añadido de un romance insípido que liga a Mark Wahlberg con Amy Adams. Todas sus consecuencias y conclusiones resultan previsibles. Bueno, por lo menos la banda sonora anima de vez en cuando la falta de creatividad… Led Zeppelin, Rolling Stones, Red Hot Chili Peppers, Traffic…
Para disfrutar de cine de entidad sobre boxeo nada mejor que recuperar títulos como “Toro Salvaje” de Martin Scorsese, “Cuerpo y Alma” de Robert Rossen o “Réquiem por un Campeón” de Ralph Nelson y olvidarse de esta bagatela superficial.
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