Dirección: Richard Donner.
Intérpretes: Bruce Willis, Mos Def, David Morse, Jenna Stern.
Con guión de Richard Wenk (“Los Mercenarios 2”, “The Equalizer. El Protector”)
Sinopsis
Jack Mosley (Bruce Willis) es un veterano policía neoyorquino que tiene que trasladar desde la comisaría a los juzgados a Eddie Bunker (Mos Def), un testigo protegido.
Es un corto pero tortuoso camino a través de las dieciseis calles que separan un lugar de otro.
Crítica
El avezado director Richard Donner, quien ya consiguiera resonancia comercial dentro del thriller policial de pareja dispar con la saga de “Arma Letal”, coaliga a Bruce Willis y Mos Def para configurar una intriga criminal con la redención como base de esta trepidante historia que para lograr tal liberación de conciencia recae en el más que manoseado asunto de corrupción.
Previsible, cuando no escasamente verosímil y un tanto gratuita en el trabajo de cámara, pero también suficientemente entretenida como para no irritarse con personajes básicos en necesidad de cambio, uno parlanchín con apuntes graciosos y el otro alcohólico estigmatizado por tiempos pretéritos.
Las diatribas de aspecto existencial entre los protagonistas y las llevaderas interpretaciones del dúo encarnando a unos personajes en busca de cambio y ayuda mutua en pos de dejar atrás el pasado y comenzar un nuevo trayecto vital, junto a la capacidad de Donner para manejar con más o menos equilibrio narrativo la tensión y las escenas de acción repletas de tiroteos y persecuciones, sirven para compactar un film menor pero no desdeñable dentro de su género.
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8:02 de la mañana. Tras una larga noche de trabajo el oficial de policía Jack Mosley (Bruce Willis) recibe un último encargo: trasladar a un preso desde las dependencias policiales al juzgado, antes de las 10.00 de la mañana, para que declare en un proceso. 118 minutos para un recorrido de 16 calles, que como en cualquier película que se precie – y más bajo la dirección de Richard Donner- acabará viéndose sumida en un mar de persecuciones, huídas y un sinfín de balas que silban peligrosamente cerca de los protagonistas; cuando el detective de homicidios Frank Nugent (David Morse) quiere a toda costa impedir que Eddie (Mos Def) declare.
Típica película de acción americana en la que se ponen al servicio del guión de Richard Wenk – quien realiza un breve ‘cameo’ en el filme, en el papel de un detective- elementos prototípicos del género que previamente han dado muy buen resultado en taquilla: policía atormentado por su pasado y medio alcoholizado; misión a primera vista insignificante que recae sobre el fracasado de turno; pareja protagonista integrada por preso negro y “poli” blanco entre los que surgirá un vínculo afectivo más allá de la misión y la sensación de cambio constante que se produce en los protagonistas y que entraña la moraleja de éste film: la gente puede cambiar.
Lo que a primera vista diferencia a “16 calles” de otras películas de la misma índole es el papel de Mos Def; (“Guía del autoestopista galáctico” 2005, “El leñador” 2004, “Monster´s ball” 2001) un preso acusado de robo a mano armada pero que puede reconocer a un alto cargo de la policía newyorkina; metido en un sucio proceso de violencia. Def interpreta un papel que llena de dulzura la cinta, y que hace que el leve drama subyacente de vez en cuando se intercale con tiernas sonrisas.
Película que no desmerece al género sin que desde luego nos encontremos ante una obra de arte. Tres apuntes antes de finalizar: señores traductores, revisen en sus manuales de traducción la diferencia entre “calle” y “manzana” y hagan traducciones fieles al sentido global del film: el título tendría que haber sido “16 manzanas”; Sr Willis, no se deje poner una tripa artificial que haga pensar al espectador durante toda la película cómo se pudo sujetar el cojín que llevaba debajo de la camisa y que le impidió quitarse la americana durante todo el metraje; y por último, mi mas sentido agradecimiento a Klaus Badelt por hacernos disfrutar del “Can´t get enough for your love” del maestro Barry White mientras aparecían los títulos de crédito en la pantalla.
Cristina Gómez
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