Dirección: Paul Thomas Anderson.
Intérpretes: Tom Cruise, Julianne Moore, Jason Robards, Philip Seymour Hoffman.
En el valle californiano de San Fernando se producen diversas historias conexionadas en un único día. Entre ellas la de Earl (Jason Robards), un productor televisivo que abandonó a su esposa enferma de cáncer por una mujer más joven (Julianne Moore). Ahora padece también cáncer y desea encontrarse con su hijo Frank (Tom Cruise), quien presenta un programa de televisión y no tiene el más mínimo interés en volver a ver su progenitor.
Indescriptible propuesta cinematográfica, el resultado del arduo trabajo del guionista y director Paul Thomas Anderson, cuya labor cuenta con un alto nivel de originalidad, frescura e intriga, una personalidad que alimenta al séptimo arte del río artístico más caudaloso existente: La vida real.
Este filme es una prueba de lo fidedigno que logra llegar a ser el cine, retirándose de la ficción e instalándose en un aspecto reflexivo. La historia contada aquí conecta varias vidas de forma insospechada apegándose a la vida real, porque al final de todo las coincidencias que nos llevan a proclamar la trillada oración “Que pequeño es el mundo” no son precisamente coincidencias.
Sin embargo algunos les cuesta admitir la existencia de un destino, así como la casualidad o la causalidad, aspectos de nuestra existencia adaptados al cine anteriormente en un juego narrativo, desprendiéndole el verdadero contexto que se efectúa en nuestras vidas, sin embargo en esta ocasión dejamos de lado la inevitable fantasía para desplomarnos en la realidad, el universo plagado de estrellas se disuelve entre la nublosa capa de humo, sin referirse a un pesimismo insano esta cinta sencillamente no se preocupa por tapar ni matizar los baches y escollos cotidianos, no es cine para disfrutar fantaseando, es para disfrutar reflexionando.
El guionista Paul Thomas Anderson sostiene que se ha basado en algunas canciones de la intérprete Aimeee Mann para escribir su magnífico libreto, el cual se encuentra plagado guiños y detalles, un exquisito platillo que saciará al más estricto paladar.
Debo confesar que tengo debilidad por los filmes cuya trama se lleva a cabo en un día, un solo día y en ese día toda una vida, sin la necesidad de grandes lapsos, días, meses e inclusive años, no quiero decir que esto este mal, sencillamente que me atraen particularmente las producciones de esta índole, pues a mi perspectiva tienen el reto de conectar cada minuto de las horas partícipes en la trama, y lo mejor es la unión de los distintos personajes, el día normal de aquellas personas se envuelve con la normalidad de otras y así sucesivamente, efectuando una colisión en cadena bellamente armada e inteligentemente efectuada, es “Magnolia” un filme que se alza satisfactoriamente sobre los dramas cotidianos, que a pesar de estar basa en ellos no los evoca de forma acostumbrada.
Me ha parecido esta producción todo un atrevimiento, una ácida crítica acerca de la vida norteamericana que se expande más allá de sus fronteras geográficas, la influencia de esta sociedad sobre otras naciones, aspecto que convierte a esta cinta no sólo en la exclusiva crítica de esta nación, sino una observación hacia los estereotipos mundiales, pues al fin de cuentas todos somos humanos.
Sublimes se encuentran las actuaciones de todo el reparto, a pesar de no haber protagonista central el desenvolvimiento de los actores es exquisito: Julianne Moore, Tom Cruise, William H. Macy, Philip Seymour Hoffman, Jason Robards, John C. Reilly, Melora Walters, hasta el chico Jeremy Blackman lo hace bien, una gran oportunidad para observar cómo congenian diversos talentos uno seguido de otro, destacando indudablemente ante mi perspectiva la grandiosa Julianne Moore, ansiosa por robar cámara gracias a la agresividad de su personaje, y Tom Cruise que al fin logra otra buena caracterización en su carrera; todo ambientado bajo una banda sonora acertada, las canciones de Aimee Mann encajan en las escenas como piezas esenciales de un rompecabezas difícil de armar, después de ver las escenas y escuchar las canciones sabemos que todo el rodaje congenia hábilmente.
La película que rebasa por pocos minutos las tres horas de duración logra mantenernos al borde del asiento, todos sus componentes se encuentran bien hilados, el montaje es un éxito, sin embargo al llegar los créditos finales el espectador se queda con ganas de saber más, el final expresa y remarca el argumento central que a pesar de tener un apreciable sello la inquietud nos perseguirá por varios días.
Lucio Rogelio Avila Moreno
Fichas en AlohaCriticón
Paul Thomas Anderson
Tom Cruise
Julianne Moore
Philip Seymour Hoffman
William H. Macy
Alfred Molina
John C. Reilly