Una de las alegrías de la amistad es saber en quien confiar un secreto.
El hombre caído en culpa tiene tendencia a persistir.
Manda el que puede y obedece el que quiere.
Las injurias tienen una gran ventaja sobre los razonamientos: la de ser admitidas sin pruebas por una multitud de lectores.
Haced el bien a cuantos más podáis y os sucederá frecuentemente hallaros con caras que os infundan alegría.
Es menos malo agitarse en la duda que descansar en el error.