Ser poeta no es una ambición mía, es mi manera de estar solo.
Entre la vida y yo hay un cristal tenue. Por más claramente que vea y comprenda la vida, no puedo tocarla.
Nunca amamos a nadie: amamos sólo la idea que tenemos de alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos.
Tengo en mí todos los sueños del mundo.
El mundo es de quien nace para conquistarlo y no de quien sueña que puede conquistarlo.