Crítica
Este título de Espido Freire fue galardonado con el Premio Planeta 1999.
Intenta, sin demasiado éxito, fusionar una historia de intriga con un drama familiar en un conjunto cuyo interés mengua con el paso de las páginas.
A través de su narrativa omnisciente apreciamos un buen manejo del lenguaje en un desarrollo poco dinámico.
La trama carece de ímpetu.
Rara vez traspasa la búsqueda superflua del interior emocional de sus caracteres y el rebote temporal para definir psicologías estereotipadas, haciéndonos partícipes de algunas estampas reveladoras de caracteres faltos de empatía.
La novela contiene un ambicioso retrato coral que no evita los tópicos.
Dispersa de forma excesiva historias y personajes.
Cae en contextos triviales, como el mundo de las sectas, y en bases temáticas poco originales, como la incomunicación o la búsqueda de identidad en base a la memoria generacional, el nexo familiar, o el conocimiento a través de una interacción puntual que no termina de entusiasmar.
Junto a ello, “Melocotones Helados” es una novela significada por artificios evocativos a los que le sobran palabras.
Sus asuntos resultan poco intensos y se determinan por contextos muy explorados en tramas de mayor enjundia y mejor resolución que ésta.