Sinopsis

El ministro del peculio encarga a la TIA que investigue a “El Tesorero” del Partido “Papilar” tras la desaparición de los fondos de la caja del partido. Mortadelo y Filemón serán los agentes encargados del caso.

Crítica




Tenía el maestro del tebeo Francisco Ibáñez un dilatado campo abonado de corruptelas de distintos colores ideológicos para crear, más allá de trazos planos contextuales, una historia ingeniosa que hiciese confluir el mediocre panorama sociopolítico español con caraduras aprovechados, mangantes insaciables e insufribles demagogos de diverso pelaje.

Básicamente el cómic, una obra menor dentro de la vasta autoría del barcelonés, se sirve de la coyuntura para reciclar sus usuales y dinámicos gags de humor físico con algún trazo de absurdo en un vínculo de pareja torpe detectivesca, siendo Filemón el sujeto-objeto de daños provocados por los quehaceres de un dúo más ocupado en las reyertas con conserjes o guardaespaldas que en el objeto satírico que se le presupone al libro.
El enfoque cáustico es casi marginal y melifluo a lo largo de todo el cómic con una conclusión más que blandita.
Para bien, Ibáñez evita la puerilidad tendenciosa, el maniqueísmo ramplón sin espíritu crítico objetivo, pero le falta una trama creativa que reúna con incisión satírica a la flora y fauna del “show business” mediático-político, personajes que convierten a la democracia en una chufla de intereses partidistas y a lo público en provecho personal al margen del bien común.