• Por Marta Canacci

laura-norton-no-culpes-al-karma-novelaSara es una treintañera madrileña desorientada, obsesiva, controladora, que después de estudiar Químicas decide embarcarse en la aventura de ser plumista reabriendo una antigua tienda de su abuela. Su familia es un caos, sus padres están es proceso de divorcio, su novio busca trabajo en París y su hermana pequeña anuncia que se casa y descubre que su prometido es Aarón, su amor platónico del instituto.

La vida se le complica y la antigua casa de su abuela se convierte en una especie de camarote de los hermanos Marx cuando en la misma semana se van a vivir con ella su padre deprimido, su hermana Lu y su prometido Aarón, el novio al que lleva mucho tiempo sin ver, además de Roberto, que vendrá acompañado de Eric, un compañero de trabajo finlandés. Así, en una casa llena de gente, Sara tratará de sacar adelante su negocio, recomponer la relación con su novio, negándose a admitir lo que aun siente por Aarón y, sobre todo, intentará reconducir su vida.

“No Culpes Al Karma De Lo Que Te Pasa Por Gilipollas” es una novela 100% “chick lit”, comedia de enredos de gente que viene y va volviendo loca a la protagonista, llena de situaciones absurdas, disparatadas… con un personaje femenino en crisis, desorientado.

Está escrita en primera persona con un tono coloquial , desenfadado, una prosa muy espontánea, con diálogos ágiles, que muchas veces se alargan demasiado, y chistes fáciles, con algún que otro monologo humorístico.

Sara es la protagonista absoluta y el personaje mejor definido. En cuanto a los secundarios, Lu, la hermana pequeña, es modelo, una niñata inestable rebelde y caprichosa; Aarón, su prometido guapo, perfecto, sensible, líder de un grupo de rock; su padre, un arquitecto en crisis, un buenazo que sigue enamorado de su mujer; su madre, una mujer frívola y caprichosa que tiene un amante; Roberto, el novio eterno, arquitecto como su padre, chico bueno, sensato, fiel… La historia está llena de personajes secundarios arquetípicos y caricaturescos. Curiosamente todos estos personajes, incluso los más adultos, tienen un comportamiento bastante adolescente.

La novela se ambienta en la ciudad de Madrid, concretamente en el barrio de Malasaña, en un contexto de crisis económica, tratando de ofrecer un retrato de vacío generacional, y de lanzar un mensaje sobre la necesidad de asumir responsabilidades. En consonancia con tal mensaje, Laura Norton aborda el miedo al fracaso, la resignación ante un destino que parece en contra, la necesidad de asumir riesgos y la actitud de dejar de culpabilizar a los demás de nuestros errores.

El libro arranca bien, con situaciones simpáticas, pero poco a poco el absurdo se sobrepone a lo gracioso con abuso de estereotipos, y los motivos, en la última parte, se vuelven repetitivos, lo que alarga demasiado la novela, convirtiéndola en pesada, con una resolución precipitada y previsible.