• Por AlohaCriticón

soledades luis de gongora libro bookUna buena muestra del arte barroco de Luis de Góngora es “Soledades”, obra inacabada y polémica en su tiempo que fue revalorizada por Dámaso Alonso y toda la Generación del 27.

En sus textos el maestro cordobés pone de manifiesto su característica riqueza y prolijidad en el empleo de múltiples recursos lingüísticos que oferta dificultad y extrema complejidad a su labor poética.

Leamos algo de “Soledades” y también la fábula de Polifemo y Galatea:



Soledad primera (fragmento)

Era del año la estación florida
En que el mentido robador de Europa
-Media luna las armas de su frente,
Y el Sol todo los rayos de su pelo-,
Luciente honor del cielo,
En campos de zafiro pace estrellas,
Cuando el que ministrar podía la copa
A Júpiter mejor que el garzón de Ida,
-Náufrago y desdeñado, sobre ausente-,
Lagrimosas de amor dulces querellas
Da al mar; que condolido,
Fue a las ondas, fue al viento
El mísero gemido,
Segundo de Arïón dulce instrumento.

Del siempre en la montaña opuesto pino
Al enemigo Noto
Piadoso miembro roto
-Breve tabla- delfín no fue pequeño
Al inconsiderado peregrino
Que a una Libia de ondas su camino
Fió, y su vida a un leño.

Del Océano, pues, antes sorbido,
Y luego vomitado
No lejos de un escollo coronado
De secos juncos, de calientes plumas
-Alga todo y espumas-
Halló hospitalidad donde halló nido
De Júpiter el ave.

Besa la arena, y de la rota nave
Aquella parte poca
Que le expuso en la playa dio a la roca;
Que aun se dejan las peñas
Lisonjear de agradecidas señas.

Desnudo el joven, cuanto ya el vestido
Océano ha bebido
Restituir le hace a las arenas;
Y al Sol le extiende luego,
Que, lamiéndole apenas
Su dulce lengua de templado fuego,
Lento lo embiste, y con suave estilo
La menor onda chupa al menor hilo………




Fábula de Polifemo y Galatea (fragmento)

Donde espumoso el mar siciliano
El pie argenta de plata al Lilibeo,
Bóveda o de las fraguas de Vulcano
O tumba de los huesos de Tifeo,
Pálidas señas cenizoso un llano,
Cuando no del sacrílego deseo,
Del duro oficio da. Allí una alta roca
Mordaza es a una gruta de su boca.

Guarnición tosca de este escollo duro
Troncos robustos son, a cuya greña
Menos luz debe, menos aire puro
La caverna profunda, que a la peña;
Caliginoso lecho, el seno obscuro
Ser de la negra noche nos lo enseña
Infame turba de nocturnas aves,
Gimiendo tristes y volando graves.
De este, pues, formidable de la tierra
Bostezo, el melancólico vacío
A Polifemo, horror de aquella sierra,
Bárbara choza es, albergue umbrío
Y redil espacioso donde encierra
Cuanto las cumbres ásperas cabrío,
De los montes esconde: copia bella
Que un silbo junta y un peñasco sella.

Un monte era de miembros eminente
Este que -de Neptuno hijo fiero-
De un ojo ilustra el orbe de su frente,
Émulo casi del mayor lucero;
Cíclope a quien el pino más valiente
Bastón le obedecía tan ligero,
Y al grave peso junco tan delgado,
Que un día era bastón y otro cayado.

Negro el cabello, imitador undoso
De las oscuras aguas del Leteo,
Al viento que lo peina proceloso
Vuela sin orden, pende sin aseo;
Un torrente es su barba, impetuoso
Que -adusto hijo de este Pirineo-
Su pecho inunda- o tarde, o mal, o en vano
Surcada aun de los dedos de su mano.

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