Crítica
Michael Crichton, obsesionado a lo largo de su carrera por los peligros del avance tecnológico, aborda ahora una intriga de carácter ecológico con tejemanejes oscuros que pueden poner en serio peligro el orden natural. Todo ello será investigado por Peter Evans, abogado del multimillonario George Morton, quien financia una asociación ecologista radical que podría solapar una red de ecoterrroristas con artilugios de alta tecnología.
Plúmbea novela, de oxidada acción centrada en la combinación de preocupación natural (con temas poco imaginativos como el calentamiento global, cambio climático…), semi-sátira a los extremismos ecológicos, y las trilladas y paranoicas conspiraciones políticas con formato de techno-thriller.
La historia se extiende complacientemente en una narrativa con tono de sermón, los personajes son caricaturas de tipologías cinematográficas y su progreso es escaso, cuando no formulario, y las situaciones resultan aburridas en torno a comentarios básicos de temas de los que es mucho mejor informarse por un especialista científico, no por un creador de ficciones con esencia de telefilme que incluso puede ser aprovechado en libros previos como “La Amenaza De Andrómeda” o “El hombre Terminal”.