• Por Antonio Méndez

rosa-montero-la-carne-novelasSinopsis

Soledad, con sesenta años, decide contratar a un gigoló treintañero a través de una página web.
Su intención es darle celos a Mario, su examante, con quien pretende coincidir en una función de ópera.

Crítica

Novela sobre crisis de edad, sobre angustia existencial, sobre el infortunio amoroso y sus consecuencias… Rosa Montero crea un personaje femenino descontento con su presente, dudoso ante su futuro, y traumado por su pasado.
Ama la belleza, carece de fortuna y se ubica tristemente en la “anormalidad” que parece presidir, en apariencia, su contexto personal y laboral.




La prosa, con narración en tercera persona, es elegante, reflexiva, fluida, con numerosas digresiones sobre artistas “malditos”, trágicos, con los que la protagonista puede identificarse… Marga Roësset, Guy de Maupassant, William Burroughs, María Luisa Bombal, María Carolina Geel… vivencias en donde se liga el amor y el dolor, la vida y la muerte.

La relación eje de la historia, mantenida por Soledad y un gigoló ruso llamado Adam, ahonda en las inseguridades, en la desventura.




Aunque se inicia con interés, el desarrollo de la novela termina siendo una excusa llena de lugares comunes y conflictos superficiales (en donde cabe trazas de agridulce “chick lit”, novela erótica light, investigación detectivesca amateur en ambientes peligrosos, novela psicológica…) para acumular nombres de escritores de peculiares fondos y formas.

Se subrayan demasiado las mismas emociones, sin lograr transmitir un frenesí psicopático, sobre obsesión, sobre locura de amor; se ahonda, entre lo rocambolesco y la anécdota, en la desdicha familiar-profesional de la protagonista; y se retrata, sin singularidad, una relación de pareja de edad dispar con diferencia social y apuntes de inmigración y mejora vital resuelta de manera poco convincente.

Ir a la biografía AlohaCriticón de Rosa Montero