• Por Antonio Méndez

rosalia-de-castro-ruinas-novelaRuinas vivientes. Desdichados. Inadaptados. Tristezas, privaciones, apariencias… Rosalía de Castro publicó en el año 1866 esta novela corta titulada “Ruinas”, encuentro en una pequeña villa entre tres personajes pintorescos en proximidad emocional.

Son tres tipos muy distintos… Isabel Salgado es una anciana soltera que vive con su gato Florindo, Don Braulio es un comerciante arruinado a causa de su filantropía y prodigalidad, Montenegro es un joven rubio, delgado, que intenta defenderse legalmente contra una herencia usurpada.

Narrada en tercera persona, la novela, publicada en su día por entregas en el periódico “El Museo Universal”, se inicia como una comedia de costumbres con retrato de trío excéntrico y progresa hasta situaciones de tragedia realista significando actitudes de solidaridad e infortunio, de escasez y destino. La mirada alterna lo irónico con la ternura y la melancolía.

En su representación pueden verse trazos brillantes de caracterización cercanos a autores posteriores como Anton Chejov o Valle-Inclán, pero el conjunto se revela escaso, con remaches de extravagancia sin demasiado desarrollo y una trama esbozada más preocupada en sus conclusiones sentimentales sobre acciones simples que en la creación de una historia compleja.

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