Después de su saga juvenil vampírica “Crepúsculo”, la novelista estadounidense Stephenie Meyer escribió “The Host (La Huésped)”, una intriga romántica de ciencia-ficción protagonizada por Melanie Stryder, una mujer que ha sido invadida por una criatura conocida como Wanderer.
Unas almas invasoras han tomado el control de las mentes humanas, y en ese contexto Melanie intenta luchar contra esa posesión a la vez que crea imágenes de Jared, el hombre de quien está enamorada.
Con claros ecos de “La Invasión de Los Ladrones De Cuerpos” de Jack Finney y al igual que sus libros más populares, Meyer vuelve a vincular emocionalmente a seres diferentes para abordar temas amorosos, de identidad y de supervivencia.
El libro intenta profundizar y encandilar con sus personajes, pero la narración es cansina, monótona, con redundancias sentimentales. Los personajes son muy básicos y no logran interesar, existen debilidades en la narración, el decoro y la particularidad de los puntos de vista, con todos los caracteres fácilmente intercambiables pensando y actuando como adolescentes.
Vista la complejidad que ofrece, el extenso texto podría y debería reducirse a un relato corto.