• Por AlohaCriticón

la senora dalloway libro book mrs virginia woolf“La Señora Dalloway” es una de las principales novelas de la escritora británica Virginia Woolf, en donde se refleja su originalidad narrativa con incidencia en la profundización psicológica a través del monólogo interior.

La historia, que abarca diecisiete horas, muestra la vida, sentimientos y pensamientos de Clarissa Dalloway, esposa de un parlamentario de nombre Richard Dalloway.




book cover portada virginia woolf dalloway mrsEn paralelo se nos cuenta las peripecias de Septimus Warren Smith, un veterano de la Primera Guerra Mundial.

El libro fue adaptado al cine en 1997 por Marleen Gorris con el protagonismo de Vanessa Redgrave.

Leamos un fragmento en versión original y su traducción:




La señora Dalloway dijo que ella misma compraría las flores.

Porque Lucy ya le había hecho todo el trabajo. Las puertas serían sacadas de sus goznes; los hombres de Rumpelmayer iban a venir. Y entonces, pensó Clarissa Dalloway, ¡qué mañana! -fresca como si fuesen a repartirla a unos niños en la playa.

¡Qué maravilla! ¡Qué zambullida!. Porque eso era lo que siempre había sentido cuando, con un leve chirrido de goznes, que todavía ahora seguía oyendo, había abierto de golpe las puertaventanas y se había zambullido en el aire libre de Bourton. Qué fresco, qué tranquilo, más que ahora desde luego, estaba el aire en las primeras horas de la mañana; como el aleteo de una ola, el beso de una ola, frío y cortante y sin embargo (para los dieciocho años que tenía entonces), solemne, sintiendo, como sentía allí de pie en la ventana abierta, que algo terrible estaba a punto de suceder; mientras miraba las flores, los árboles, el humo escapando entre su fronda, y a los grajos volando arriba y abajo; de pie y mirando hasta que Peter Walsh dijo: “¿Mirando a las musarañas?” -¿eso dijo?-. “Prefiero a los hombres antes que las musarañas” -¿eso dijo? Debió decirlo en el desayuno cuando ella había salido a la terraza. Peter Walsh. Volvería de la India un día de éstos, en junio o julio, había olvidado cuándo, pues sus cartas eran terriblemente pesadas; eran sus dichos lo que una recordaba; sus ojos, su cortaplumas, su sonrisa, su mal genio y, una vez que miles de cosas se habían disipado completamente -¡qué cosa tan extraña!- unos cuantos dichos como éste, sobre las musarañas……………………




Mrs. Dalloway said she would buy the flowers herself.

For Lucy had her work cut out for her. The doors would be taken off their hinges; Rumpelmayer’s men were coming. And then, thought Clarissa Dalloway, what a morning!- fresh as if issued to children on a beach.

What a lark! What a plunge! For so it had always seemed to her, when, with a little squeak of the hinges, which she could hear now, she had burst open the French windows and plunged at Bourton into the open air. How fresh, how calm, stiller than this of course, the air was in the early morning; like the flap of a wave; the kiss of a wave; chill and sharp and yet (for a girl of eighteen as she then was) solemn, feeling as she did, standing there at the open window, that something awful was about to happen; looking at the flowers, at the trees with the smoke winding off them and the rooks rising, falling; standing and looking until Peter Walsh said, -Musing among the vegetables?-was that it?-I prefer men to cauliflowers-was that it? He must have said it at breakfast one morning when she had gone out on to the terrace-Peter Walsh. He would be back from India one of these days, June or July, she forgot which, for his letters were awfully dull; it was his sayings one remembered; his eyes, his pocket-knife, his smile, his grumpiness and, when millions of things had utterly vanished -how strange it was!- a few sayings like this about cabbages…………..

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