• Por Antonio Méndez

black-lips-satans-graffiti-albumCrítica

Sean Lennon, hijo de John, produjo este disco a Black Lips, una banda estadounidense gustosa de emular a grupos 60’s garajeros, psicodélicos, experimentales, proto-punk… y al revival garajero lisérgico de los 80 que retomó de manera fidedigna sus modelos sesenteros.

“Satan’s Graffity or God’s Art?” es el noveno álbum en estudio de una discografía cuyos LPs más relevantes hasta la fecha han sido títulos como “Let It Bloom” (2005) o “Good Bad Not Evil” (2007).
El disco, editado en Vice Records, es largo, con 18 piezas, varias de ellas interludios, una obertura y un final.
Estas dos últimas son rellenos con saxo y la, la, la.

Entre los interludios el más destacado es “Got Me All Alone”, un corte con voz embriagada, rota, de vomitera; blues con toques jazz de lamento… toda la noche solo, tirado, me dejó solo… y de borrachera.

Los otros interludios son tontería con pose de bizarría que ahora buscan lo “exótico” y más tarde el experimento a lo Captain Beefheart.

La primera canción como tal es “Occidental Front”, potente shock rock garajero de ritmo cabalgante, bullanguero, con riffs contundentes a lo Troggs y sucio rock de garaje tipo Seeds o Shadows Of Knight. Para los que escuchen a contemporáneos como Ty Segall o a Thee Oh Sees.

“Can’t Hold On” es un buen tema… no puedo controlarme, no tengo asidero… Desesperado, con voz sacudida, neurótica… me agito hasta que me vaya… Cuidado que voy. Guitarras zumbantes, percusión machacona…
Notable acid rock garajero.

No hay salida, no voy a ningún lado en la ciudad solitaria…
“The Last Cul De Sac” es un medio tiempo psicodélico con toques surf y fondo de marea guitarrera.
Más pop, pensemos en los Blues Magoos o en unos domados 13Th Floor Elevators.

El pop de finales de los años 50 y comienzos de los 60 tiene huellas claras en “Crystal Night”… nos besamos, nos abrazamos, nunca nos dijimos adiós y ahora lloro…
A lo “girl group” spectoriano, con coros pituferos, punteos surf, piano…

Junto a “Can’t Hold On”, “Squatting In Heaven” es una de las mejores canciones de este álbum “Satan’s Graffiti or God’s Art”.
Un psicogaraje de riff pegadizo guitarrero con una línea de bajo fenomenal de Jared Swilley.

black-lips-satans-discos-critica“Rebel Intuition” es rítmico, enérgico.
Como si The Fugs tocaran rockabilly… déjame ser yo mismo, no me gustan las imposiciones.

“Wayne”, canción con vocoder, es un remedo descarado de la melodía “Femme Fatale” de la Velvet Underground. Se hace larga.

Otro corte aburrido es “We Know”, estilo lisergia cruda a lo The Seeds o 13Th Floor Elevators pero en un progreso demasiado monótono.
Las últimas piezas del disco, todas muy psicodélico-garajeras menos “Loser’s Lament”, son escuchables pero no memorables.
“In My Mind There’s a Dream” es un ácido oscuro, paranoico, que no está mal.

“Lucid Nightmare” posee un ritmo tribal-blues a lo Bo Diddley.
Es teatral, cavernosa.
Entre Frank Zappa y Roky Erickson.

Más tono oscuro y psicotropía en “Come Ride With Me”, tempo lento con voz flagelada… estamos en el umbral de poderes ultrapsicodélicos…
Pues muy bien. Colocón con fuzz.

Sean produce una versión de un tema de papá en la primera época de los Beatles.
“It Won’t Be Long”.
Se pierde la frescura, la viveza, del proto-power pop de los Fab Four para amoldarlo al garaje ácido de estos labios negros.

Termina el disco, antes de “Finale…”, con la balada acústica “Loser’s Lament”, triste historia de un perdedor en plan tonada country folk.
Para cantar en la taberna.
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