• Por Antonio Méndez

black mountain wilderness heart album review critica discoCrítica

En el estupendo y recomendable disco “In The Future” los canadienses Black Mountain mostraron potentes y atmosféricos sonidos acid rock, blues rock y rock psicoprogresivo derivados de gente como King Crimson, Black Sabbath, Hawkwind, Blue Cheer o Atomic Rooster.

En “Wilderness Heart”, un álbum mucho menos satisfactorio que el previo, volvieron a sus bases hard rock y stoner rock (lo que se conoce más o menos como el acid rock actual) pero sobresaliendo una faceta folk rock emparentada con lo que en el estilo podrían hacer los Led Zeppelin en los 60 y 70.
Se echa de menos su lado más progresivo.

“The Hair Song” les acerca a la amalgama de garaje psicodélico y blues-rock de los White Stripes remedado a LedZep sin ninguna singularidad en una mezcla recargada de sonidos acústicos y eléctricos.

“Old Fangs” es un buen tema.
Voces powerpoperas que suenan a Matthew Sweet, órgano Atomic Rooster o Spooky Tooth, guitarras rítmicas ominosas, efectos space rock…
Una lástima que la canción se adocene en ocasiones bordeando un formulista pop-rock y expandiéndose más de lo que debería.

“Radiant Hearts” es una balada acústica con pomposos arreglos finales que está cantada en armonía por Stephen McBean y Amber Webber… Prf. Prf…
Aséptica, sin el efecto emocional y atmosférico que ambicionan…
¿Estos son los mismos Black Mountain de “In The Future”? Siguiente…

“Roller Coaster”.
Hombre, esto mejora un poco.
Musculado riff guitarrero hard rock, órgano goteante, tono oscuro, sereno, con base psicoblues, combinación vocal masculina-femenina y variantes prog-rock que les devuelven a las ascendencias citadas. Que se escuchen gemir las guitarras eléctricas.
Final épico.
No está mal esta pieza.

Con “Let Spirits Ride” ya se pueden mover las melenas. Para aquí, para allá.
Ritmo rápido. Hard rock que cruza a Black Sabbath, Hawkwind y Motorhead. No está mal el cruce.
Se ha levantado un poco el álbum.
Por lo menos hay energía y actitud rock.

Mucho más tranquila es “Buried By The Blues”, folk-rock con pandereta y todo.
Guitarra acústica, arreglos de cuerdas y armonías vocales.
Recuerda a millones de canciones previas pero no está mal la melodía.

Más sonidos acústicos (con también partes eléctricas) en “The Way To Gone”, con Black Mountain en plan Oasis en su faceta de psicodelia sesentera con fijación por el “Revolver” de los Beatles.

Vuelve el hard-blues-rock con “Wilderness Heart” y ardiente fuzz guitar.
Canta Amber.
Bien, con actitud, como si Grace Slick se pusiese al frente de los Blue Cheer.

El álbum termina con una balada de relleno blues-folk “The Space Of Your Mind” y “Sadie”, más de lo mismo en plan sesudo-cansino.

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