Crítica
Obra esencial de Bob Dylan, sucesión de magistrales canciones con textos prolijos en imaginería surrealista de tonos acerbos, alucinatorios, cetrinos.
Los sonidos conjugan el folk-rock, el rockn’n’roll y el R&B aportando a Dylan su apoyo instrumental importantes músicos como el guitarrista Michael Bloomfield o los teclistas Al Kooper y Paul Griffin.
La producción corre a cargo de Bob Johnston a excepción de “Like A Rolling Stone”, conocido tema que contó con la producción de Tom Wilson.
Al citado “Like A Rolling Stone”, retrato femenino de degradación personal que define un supuesto perfil de Edie Sedgwick, se suman otros títulos de parecido planteamiento sónico como la excelente “Ballad Of A Thin Man”, pieza de exposición onírica con pronunciada base de piano, “Queen Jane Approximately”, otra historia de declive con personaje de mujer, y “Just Like Tom Thumb’s Blues”, en donde se recoge tanto su herencia simbolista como sus deferencias a Edgar Allan Poe.
Se acerca al blues en “Tombstone Blues”, el medio tiempo “It Takes a Lot To Laugh, It Takes a Train To Cry”, “From a Buick 6” y la homónima del disco, canción con referencias bíblicas en el principio de una odisea coral y existencial con ambiente de carretera.
El disco es uno de los principales muestrarios del talento literario de Dylan y de su sapiencia en recoger las tradiciones sonoras de su país engrandecidas en matices al electrificar sus propuestas folk.
La extensa “Desolation Row”, en la que regresa a la pureza folk de sus inicios reiterando sus complejas imaginerías, es la encargada de despedir este sobresaliente álbum, inmediata antesala de otra de sus obras maestras: “Blonde On Blonde”.