• Por Javier Platas

every mothers son the very best albumCrítica

Recomendable disco recopilatorio de la banda neoyorquina Every Mothers’ Son que contiene su primer y magnífico album de 1967 al completo junto a algunos temas perteneciente a su segundo LP.

Sus canciones, con resonancias de los Beatles, Monkees, Kinks, Zombies, Association, Beach Boys y los Turtles, son fiel reflejo del pop-rock de finales de la década de los 60 y muestran el talento compositivo poco aprovechado de la pareja de hermanos Dennis y Larry Larden.




Rítmicas canciones y soberbias armonías, pegadizos estribillos, melodías fantásticas y una apreciable ejecución vocal e instrumental con significación por los ubicuos teclados de Bruce Milner influenciados por Rod Argent como casi todos los teclados del rock de los años 60.

everymotherson-recopilatorio-cancionesEl LP, producido por Wes Farrell (The Cowsills, The Beacon Street Union), se inicia con una composición del propio Farell y de Jerry Goldstein, “Come On Down To My Boat”, el mayor clásico del grupo (grabado previamente por Rare Breed) y una brillante canción pop bubblegum sobre el ligoteo con la hija de un severo pescador que solamente le permite pescar de día y dormir de noche.

Posteriormente brilla la escritura de la pareja de hermanos.
No resulta demasiado original pero sus influencias son manifestadas en grandes canciones como “I Won’t”, intensa pieza vigorizada por una gran labor de la sección rítmica y un sensacional trabajo en voces y armonías (constante en todos los temas para solaz de los amantes de las conjunciones vocales), “Ain’t it a Drag”, sensacional pieza con banjo y guitarra retozona brianjonesera (a lo “The Last Time”), “Allison Dozer”, memorable tema garajero con ecos de los primeros Zombies y riff guitarrero de los Kinks ( el de “All Day And All Of The Night”), “Put Your Mind At Ease”, con ascendencia Beatles (guitarra con retazos de “Paperback Writer”) y Beach Boys o “Pony With The Golden Name”, balada atmosférica de exquisita melodía.

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