Crítica
Este es el segundo disco de los británicos Foals. Suenan tan influenciados por el rock progresivo (Pink Floyd, King Crimson) como por el post-punk y la new wave (Talking Heads, Joy Division, Wire) o por grupos más contemporáneos (Radiohead). Incluso hay momentos funk.
El disco, nada original y bastante soso, alterna música bailable con pretensiones post rock con baladas épicas y atmosféricas. Alguno de estos temas lentos es lo mejor del álbum.