Crítica
Disco de Julian Casablancas, cantante y compositor del grupo The Strokes que se muestra muy deudor del pop de los años 80 en su primer y corto álbum en solitario (ocho temas ampliado con varios bonus track en algunas ediciones).
El álbum se abre con “Out Of The Blue”, el tema que más se emparenta con el sonido de su banda revivalista del garage rock, el pop punk, la new wave y el post punk. Vocalidad de crooner y ritmos dinámicos David Bowie/Iggy Pop, melódicamente correcta y con un texto que crea una primera situación de venganza y rabia y progresa en un escepticismo irónico sobre agitadas mareas de guitarras eléctricas, tempos “Lust For Life” y sintetizadores. No es de lo peor del álbum.
En “Left & Right In The Dark” ya asoman sus ascendencias ochenteras en un tono nostálgico con recuerdos de infancia y reflexiones sobre paso del tiempo. Sintetizador barato, horrible caja de ritmos, guitarras con eco, una línea blues de guitarra y un concepto sónico muy nuevo romántico que cruza a Spandau Ballet con A Flock of Seagulls. Para sonar en radios FM pongoloquememandansipagan.
Hombre… Un calco de New Order da inicio “11Th Dimension” antes de que suene el órgano de los gitanos pero sin evocar los movimientos de la cabra haciendo equilibrio. Dance pop con base italo disco y relativismo sobre conflictos urbanos.
“4 Chords of The Apocalypse” es una balada sobre incomunicación y ruptura entre pareja con rasgos soul, gospel y blues. Bastante pesada.
En “Ludlow Street” dice que todo a mal pero seguro que irá bien. Claro que sí, esperanza y ánimo. Tema country folk con ritmos vals y discordantes arreglos ochenteros en donde nos pasea por Nueva York.
La canción electro rock “River Of Brakelights” es de lo más interesante del disco. Cacofonía con tonos paranoicos, urgentes, y variantes rítmicas. Contraste entre el dinamismo en el tempo y la puntual laxitud vocal mientras nos vuelve a llevar por la Gran Manzana y su río de luces de freno. No tienen mala atmosfera este pastiche post-punk y prog rock.
“Glass” es otro corte de pop 80s en donde quiere escapar de un contexto violento. La melodía es dulce, otoñal, el falsete aviva la emocionalidad de la interpretación vocal y el sintetizador simula un órgano de tubos con parte progresiva estilo Rick Wakeman. Cálida pieza, navideña y propicia para levantar el mechero en el estadio.
Solo soy una gota en la tormenta. En la ciudad me evaporo. En la última canción, “Tourist”, Casablancas parece quejarse de la hiperurbanización del planeta. Típico de urbanita autoflagelado sin demasiada originalidad intelectual. Percusión potente, sintetizadores, guitarra blues rock con partes aflamencadas. Cierto aire oriental. Partes barrocas, arreglos trompeteros…. Sobreproducida pero no está mal su riff guitarrero y su melodía.