Crítica
Tercer álbum de Kasabian, un conjunto pop-rock inglés que en este trabajo contó con la colaboración de la actriz Rosario Dawson y con tareas de producción de Dan The Automator, un técnico de base hip hop que ha grabado discos con Gorillaz o Peeping Tom.
Este álbum de Kasabian es un cóctel de psicodelia, krautrock y música disco-funk con ascendencias del sonido Madchester.
Esta última influencia (Stone Roses, Happy Mondays…) es clara (con derivaciones de Oasis) en “Underdog”, un corte de apertura con hipnótico riff guitarrero y arreglos vocales a lo Beach Boys que aborda en su texto el tópico asunto de hombre solitario y desamparado en confusión mental. Al margen de las referencias citadas también se dejan notar los influjos psicoprogresivos alemanes del krautrock de los 60 y 70, que consciente o inconscientemente plagan los álbums de muchos grupos rock “independientes” actuales.
Con remedos en el título de una canción de las Supremes, los Kasabian se ponen discotequeros en “Where Did All The Love Go?”, bailable tema de intenso ritmo con enfoque disco-funk y new wave. Muy al estilo de lo que pueden ofrecer hoy en día los escandinavos The Sounds pero con cierto añadido lisérgico (no faltan tramos orientales). En el texto afirman que no saben a dónde ha ido el amor en una época llena de rabia y caos social. Pseudohippiesmo de salón.
“Swarfiga” es un instrumental de relleno que reverencia de nuevo el krautrock de Can, Neu y compañía, mientras que “Fast Fuse” es un buen tema acid rock con riff de fuzz guitar blues-garajero, punteos surferos eléctricos, rasgueos acústicos y voces femeninas etéreas.
Ambiente de pesadilla con arreglos de viento para “Take Aim”, una curiosa mezcla de sonidos con variantes de tempo. Psicodelia folk con tono épico y danzables ritmos latinos a lo Madonna de “La Isla Bonita”.
“Thick As Thieves” es una balada folk pop cabaretero con ecos de los Kinks y los Beatles. Nada destacada, al igual que la ambiciosa “West Ryder Silver Bullets”, psicodelia con trazos de spaghetti western en el que colabora la citada Rosario Dawson.
En “Vlad The Impaler”, evocación de la génesis histórica de Drácula, vuelven a modos dance con un disco-electro-funk que contiene pegadizas líneas rítmicas krautrock.
La balada “Ladies And Gentlemen (Roll The Dice)” es una balada reflexiva de escasa inspiración melódica, y “Secret Alphabets” es un medio tiempo en busca de un lugar tipo Shangri-La con influencias de la psicodelia 60’s (entre ellas el empleo de sedosas armonías vocales).
“Fire” es una canción de cierto interés, ya que, con resonancias a lo Doors, reúne trazos de blues-rock psicodélico y un cambio de tempo que en con sonidos eléctricos nuevaoleros gira el tema hacia ritmos disco que encuentra a los Boney M con Giorgio Moroder antes de retomar la secuencia.
El fin del álbum es “Happiness”, rutinaria balada con pretensiones de himno (tipo “Hey Jude”) que narra los arrumacos de una pareja en crisis (no quiero volver a las lágrimas en tus ojos…) mientras se escuchan sonidos de guitarra acústica, piano y coros femeninos gospel.