• Por Javier Platas

A mediados de los años 80 el futuro de los Rolling Stones se presumía incierto debido a la mala relación entre Mick Jagger y Keith Richards. Y es que el guitarrista acusaba al cantante de priorizar su carrera en solitario en detrimento de los Stones, por lo que Richards acabó por emular a su compañero y debutar como solista con “Talk Is Cheap”.

Se trata de un buen disco sin más, muy alejado de las grandes obras con los Stones en el que llaman la atención las participaciones del saxofonista Maceo Parker (habitual colaborador de James Brown) y de su antiguo compinche Mick Taylor. A este último se le puede escuchar en “I Could Have Stood You Up”, todo un homenaje al rock & roll 50’s. La consabida capacidad de Keith para crear magistrales riffs queda patente en varios temas (“Take It So Hard”, “How I Wish”, “Whip It Up”) además de su sensibilidad para las baladas (“Make No Mistake”, “Locked Away”) y su inigualable sentido del ritmo. Lo malo es que ninguna de esas virtudes es comparable a sus mejores momentos como autor al lado de Jagger. No consigue transmitir la excitación necesaria, falta capacidad de sorpresa y mejores melodías. De todas formas no es un trabajo despreciable ni mucho menos, poseyendo argumentos suficientes para disfrutarlo con moderación.

Canción favorita del disco: How I Wish